Estos días los medios están informando de que la Confederación Hidrográfica del Segura ha detectado larvas de mejillón cebra en el embalse del Cenajo y un aumento de la población adulta de esta especie en los del Talave y Camarillas. La especie fue detectada hace ya años en la cuenca de nuestro río y al parecer los técnicos de la CHS están confirmando el gran aumento de larvas y poblaciones adultas en el Segura.
El mejillón cebra está considerada como una de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo. Los principales impactos que genera sobre el ecosistema y los recursos económicos se deben a su elevada capacidad de crecimiento, formando colonias y agregados que llegan incluso a taponar conducciones o tuberías. Asimismo afecta en el ecosistema, ya que al ser un gran consumidor de fitoplancton aumenta la claridad del agua y alteran las condiciones del agua desplazando a otras especies autóctonas. Además, puede afectar negativamente a actividades recreativas, como la pesca deportiva y la navegación, al cubrir los taludes u orillas de las masas de agua.
La intrusión y llegada de especies exóticas e invasoras (EEIs) es uno de los principales problemas con los que se enfrenta la biodiversidad a todas las escalas, incluida la regional.
Además del mejillón cebra, en la Región de Murcia existen ya casos demostrados de especies que por su fisiología y su ecología han llegado a colonizar y desplazar a las especies autóctonas. Otros de los ejemplos más conocidos es la caña común, presente en gran medida en la primera banda de los bosques de ribera, y la gambusia, una de las especies más invasoras del mundo, que compite y desplaza a las especies autóctonas, e incluso endémicas, como el fartet. Otros ejemplos de EEI en la Región de Murcia son el invasivo cangrejo azul, que tantos problemas causan en el Mar Menor o el picudo rojo de las palmeras.
Conocemos otras muchas especies que se comportan entre nosotros como invasoras. La Caulerpa taxifolia, conocida, la pobre, como el alga asesina, que amenaza a las autóctonas y muy útiles praderas de posidonia. Los Carpobrotus, más conocidos como uña de gato, que no tienen la culpa de ser plantados en taludes de obras o carreteras y luego se quieran buscar la vida invadiendo campos y ecosistemas, el cangrejo americano de río, que está terminando por desplazar al autóctono, la Malvasia canela, un pato introducido que a punto está de extinguir nuestra Malvasía cabeciblanca, o las tortugas de Florida que liberadas irresponsablemente por sus dueños apenas dan oportunidades a nuestro galápago autóctono.
La culpa, claro, no es de estas especies que se instalan donde encuentran buenas condiciones para hacerlo, sino nuestra.
Nosotros creamos esas condiciones y frecuentemente trasportamos a las especies, queriéndolo o sin querer, hasta nuestra propia casa, terminando por generar daños en el ecosistema en el que se introducen y provocando problemas económicos.