La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Miguel Hernandez Valverde

El blog del funcionario

Miguel H. Valverde

La tormenta perfecta

Los murcianos disfrutan de las atracciones Juan Carlos Caval

Los trabajadores del transporte en la Pérfida Albión en pie de guerra debido a la crisis económica que tiene en la inflación su peor rostro, lo que agravará aún más nuestras exportaciones; Alemania, locomotora de la economía europea, anunciando que el otoño será algo más que difícil; ya no queda ningún analista económico y político que no anuncie que a partir de septiembre sería mejor abrocharnos el cinturón porque llegan curvas, y, mientras el mundo se prepara para afrontar una ‘economía de guerra’, nosotros aquí cabreándonos por si subimos o bajamos un grado el termostato. Si a esto le sumas que las lluvias torrenciales se prevén para principios de otoño, con las más que probables consecuencias nefastas para nuestro Mar Menor, estaríamos ante la tormenta perfecta.

Ojalá estuviéramos preparándonos para afrontar tiempos tan convulsos como se avecinan, pero me temo que lo único que nos preocupa aquí es seguir manteniendo la postura del avestruz, con tránsfugas y expulsados que siguen demostrando que unos tomaron atajos para llegar al poder, y a otras no les importa seguir viviendo a cuerpo de reina mientras deambulan por los aeropuertos esos de dios.

Este agosto, entre el calor infernal que vive el interior de la Región de Murcia, definitivamente el verano se ha convertido no en un aliado, sino en un enemigo del turismo de ciudad, y los éxitos de nuestros deportistas, principalmente en el atletismo (que vayan preparando más medallas de oro de la Región algunos), políticamente nos hemos quedado en encefalograma plano, y la inacción, a pesar de los que algunos opinan, y cuyo maestro, el expresidente Rajoy era su líder, es la peor opción en tiempos revueltos.

Sin duda, las autoridades competentes han puesto sus miras en las próximas fiestas locales y regionales como el mejor tratamiento de la depresión económica y laboral que asoma. Cartagena tiene en sus increíbles y originales Carthagineses y Romanos sus esperanzas de iniciar el otoño con buen pie; en la capital del reino, la Feria de Septiembre espera reunir de nuevo a miles de personas en sus atracciones y huertos, esperando y rezando que las lluvias no hagan acto de presencia, resultaría curioso que termináramos sacando a la Virgen de la Fuensanta para pedirle que retrase la lluvia unos días. En Lorca, a finales de septiembre, tiene lugar su espectacular Feria Grande, y en Mula, miles de muleños y muleñas cuentan los días para acompañar a su ‘Niño’. Molina, con su apuesta permanente por la cultura y el teatro como piedra angular de sus fiestas; Calasparra, Cehegín, y así podríamos seguir enumerando ciudades y pueblos que en los próximos días se echarán literalmente a la calle en busca de felicidad y pasárselo bien.

Pero si permitimos, sobre todo los responsables públicos, que las luces rojas, blancas y amarillas, los coches de choque, los conciertos, la gran boda entre Aníbal e Himilce, la Gran Batalla, los Huertos del Malecón, los sorprendentes encierros de Calasparra o la subida de la Virgen de la Fuensanta, nos distraigan sobre lo verdaderamente importante, estaremos nosotros solos cavando e hipotecando a largo plazo nuestro propio futuro.

Ahora, en tiempos revueltos, es cuando se demuestran los verdaderos líderes y hombres y mujeres de Estado. No es el momento de seguir poniendo en manos de aficionados y tránsfugas el futuro de un millón y medio de murcianos y murcianas.

Si no queremos que nos traten como una banda de inmaduros, tramposos, quejicas y plañideras, si otra vez recurrimos a nuestros primos de ‘zumosol’ para que saquen sus tractores a la calle para defendernos, si volvemos a echar por el camino fácil, el que toman los incompetentes, echando la culpa de nuestros déficits a los demás, entonces, comportémonos de otra manera.

Pongamos al frente de la nave a profesionales que en vez de estar de fiesta cerrando bares, enciendan luces, que en vez de viajar sin rumbo ni programa, se remanguen y abran las puertas del SEF en vez de cerrarlas, que en vez de buscar culpables al Mar Menor, consensúen soluciones con España y Europa, que en vez de llorar prediquen, y entonces, solo entonces, podrán acercarse a las fiestas que en los próximos días inundarán nuestra comunidad autónoma de norte a sur y de lado a lado, una vez hayan hecho sus deberes.

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