La Opinión de Murcia

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Bernar Freiría

Del puente a la sentina

Bernar Freiría

Continuará

Yo he suministrado siempre información de primera, aunque alguno me tache de trapacero, señoría. Lo que pasa es que muchas veces los que recibían mi información no supieron hacer un buen uso de ella. Especialmente los políticos. Los empresarios siempre han sido mucho más pragmáticos. Con el independentismo pasó eso. Si ellos no sabían qué hacer con la información que les proporcioné, yo sí. Pero tampoco me dejaron.

En vista del rumbo que tomaron los acontecimientos, me reuní con uno de los hijos del padre de la patria catalana y le dejé bien clarito que lo sabía todo sobre sus asuntillos, como lo de la concesión de las ITV. Para echar tierra sobre todo eso no tenían más que marcar diferencias con el independentismo. En cuanto se enteró el ministro al que protegía el ángel Marcelo, porque yo informé, la lealtad ante todo, se puso hecho una furia y me prohibió que siguiera por ahí, y yo obedecí, otra prueba de que soy ante todo servidor del Estado. Pues bien, el resultado está a la vista.

El globo se fue inflando más y más y ya no fueron capaces de hacerle frente, cuando habría sido tan fácil pincharlo. Y mire que hicieron el ridículo unas cuantas veces. Por ejemplo, cuando no fueron capaces de dar con los sitios donde los indepes guardaban las urnas y las sacaron delante de sus narices. No se les ocurrió mejor idea que resolver las cosas a hostias, perdone señoría la expresión, y mandando piolines al puerto. ¡Vaya papelón! Y no le digo nada de lo que pasó después con todos los tribunales europeos negándonos la extradición de los fugados. Y es que, señoría, no solo hay que tener la información, sino que hay que saber usarla. Porque, además de al gran patriarca, yo tenía fichados nada menos que a 4.000 ricachos catalanes que tenían fortunas en el mismo sitio. Yo creo que no quisieron tirar de la manta por si salía a luz la fortuna oculta del emérito y de otros próceres.

No, señoría, no es que me quiera hacer la víctima, es que lo soy. Yo no iba contra el CNI. Yo pretendía evitar lo que después vino. Amenazaron a la princesa y no solo no consiguieron que devolviera ese dinero que le regalaron, sino que ahora le ha puesto una demanda al emérito que le va a salir bien cara. Y si no, ya lo veremos. Pero los espías sí que la tomaron conmigo. Me echaron la prensa y la fiscalía encima y el resultado es este. Ahora ninguno de los que recurrieron a mí, ni empresarios ni políticos, se acuerdan de este viejo expolicía lleno de achaques del que nadie tiene piedad. Si hasta cuando me da un jamacuco me niegan aplazamientos en sede judicial. Sí, sí, señoría. Ya sé que usted interrumpió mi prisión preventiva antes de los cuatro años estipulados. Y bien que se lo agradezco. Pero acuso el tiempo pasado entre rejas. A mi edad, vamos a ver cómo queda todo esto, que yo no estoy ya para muchos trotes.

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