No me refiero a la famosa y popular serie de televisión, sino a la cascada de derogaciones de leyes que se producirán en caso de que el Gobierno de España pase a manos del centro derecha.

Los populares y, por supuesto, Vox, tienen recurridas las leyes de Eutanasia y la LOMLOE, entre otras, es decir, que si cumplen su palabra, a la más que aceptada por la sociedad ley de Eutanasia puede que tenga los días contados, igual que la mal llamada Ley Celáa, ya que tanto populares como la extrema derecha han anunciado públicamente su derogación inmediata.

Otra normativa que puede tener fecha de caducidad es la última reforma laboral, a pesar incluso del éxito de la misma, que sin duda ha cambiado, para bien de los trabajadores, nuestra estructura laboral; la propia Cuca Gamarra, número dos del partido y portavoz en el Congreso, ha anunciado que en cuanto lleguen al Gobierno la derogarán.

Pero no solo caerán estas leyes, sino que hasta el propio líder popular gallego, Feijóo, también ha anunciado que la nueva Ley de Memoria que se está tramitando, será derogada de inmediato.

No olvidemos que tanto el partido popular como Vox votaron en contra de la subida del salario mínimo, por lo que si por ellos hubiera sido, el salario básico estaría todavía en los poco más de setecientos euros. Incluso Abascal y los suyos votaron en contra de que una empresa pueda echar a un trabajador que esté en baja por enfermedad sin justificación, amén de también ponerse al lado de las grandes compañías eléctricas en materia de contribución fiscal.

Más aún, Vox tiene recurrida la Ley de Protección de la Infancia y la Adolescencia, que el Constitucional admitió a trámite hace unos pocos meses, octubre de 2021, cuyo ponente será Andrés Ollero, que fue diputado del PP y portavoz de Educación y Justicia durante la nada desdeñable cifra de 17 años.

Mientras algunos ya preparan las nuevas leyes en caso de que haya un cambio de Gobierno en España, esta semana en Murcia tendrá lugar el retrasado congreso de los populares, y aunque a última hora hubo fumata blanca, ‘Habemus Pacto’, entre López Miras y Patricia Fernández, todos saben que es un cierre en falso, a pesar de los intentos que harán unos y otros en exponer públicamente su unidad.

Es un cierre pegado con el pegamento que ofrece el poder, no con pegamento cuya base sea un proyecto de región. Ambos líderes, Patricia como Fernando, tiene proyectos antagónicos no solo de región sino de concepto de equipos y procedimientos. Y aunque la foto que todos buscan, y que se producirá sin duda, Miras, Feijóo y Fernández, en ese orden, con el líder gallego levantando los brazos de ambos afiliados, en medio, como metáfora de su política de unidad y tender puentes, los tres saben que todo el castillo de naipes dependerá de los resultados de la campaña que comienza esta semana y que durará la friolera de diez meses y medio.