La Opinión de Murcia

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Miguel Hernandez Valverde

El blog del funcionario

Miguel H. Valverde

Los putos amos

No se presentan a las elecciones, no necesitan tener un ejército de máquinas montando bulos por las redes sociales, pero son quienes manejan nuestra economía y, lo que es peor, nuestras vidas.

Ellos deciden guerras, pandemias, lo que comemos y lo que pagamos por ello, nuestro consumo está en sus manos, y nosotros no solo sabemos pasar por caja y hacer bizum sino que nos hacen creer que nuestros gobiernos, ya sean europeos, nacionales, regionales o municipales, son los responsables de lo que ocurre en el mundo. Y son solo personajes de carne y hueso de quita y pon.

Desde la industria farmacéutica a las cuatro grandes cadenas de distribución de alimentos, desde la industria petrolera a la energética, desde la industria armamentística hasta las grandes tecnológicas.

Son los putos amos del mundo.

Ellos deciden el precio de la gasolina, ellos imponen que un agricultor cobre una miseria por sus cultivos y nosotros pagamos a veces hasta un 500% más sobre su precio de origen.

Son los que se reparten miles de millones de euros por sus inversiones en la industria eléctrica, y nos agarran por el cuello hasta que soltamos el último soplido. Son los que ‘compran’ a los políticos sin pestañear, y éstos, los políticos, que son fáciles de sobornar, se dejan querer con una simple mirada.

Son los que deciden cuando un país debe pagar millones de dólares o euros por un tratamiento médico, los que nuestras vidas dependen de sus vacunas y medicinas.

Son los que con sus algoritmos saben el color de pantalón que te gusta y las series que te interesan, los que te seducen para cambiar de coche y hasta de pareja. Los que les dicen a nuestros hijos qué ver y a quién seguir, y hasta cómo vivir.

Son los putos amos del mundo.

Son los que determinan qué vas a comprar, qué trabajos serán los que se necesiten, los mismos que te hacen una entrevista y según sus cálculos vales un euro o una mierda. Son los que han decidido que si has cumplido cincuenta y ya no has triunfado, solo te espera de compañera de viaje la amargura, la frustración y la resignación.

Son los que marcan las vidas de millones de personas, los que declaran guerras en nombre de la paz, los que cuando les sobran tanques, cañones y balas, deciden gastarlas lejos de sus fronteras, los que motivan e incentivan en nombre de la libertad y la seguridad, que cada uno de nosotros tengamos pistolas y hasta rifles de asalto. Son los que no lloran porque niños mueran o la gente pierda la fe y la ilusión.

Son los que le cobran a la esperanza 6000 euros para llevarlos desnudos por el Mediterráneo hasta la muerte, o en el mejor de los casos hasta la miseria y la costa en cayucos abarrotados.

Son los putos amos del mundo.

Mientras ellos nos gobiernan la vida, nosotros aquí seguimos cambiando bombillas led, criticando un Gobierno tránsfuga y una consejera negacionista, poniendo a parir al Gobierno de España porque pacta con quien no piensa como Dios manda, llamando criminal, desde la extrema derecha a un Gobierno más legítimo que nunca, y llamamos a protestar a la puerta equivocada.

Son los que nos tratan como niños adultos, dándonos juguetes para entretenernos, y nosotros, como obedientes súbditos, gritamos Viva el Rey aunque todos sabemos que la monarquía y la corrupción no son antónimos, sino sinónimos.

Son los putos amos del mundo, y nosotros, usted y yo, sus siervos, por los siglos de los siglos. Amén.

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