La Opinión de Murcia

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Alberto Garre

Tribuna libre

Alberto Garre

Pacto y parto

Tenemos un pacto político para once meses, hasta las elecciones de mayo de 2023, y un posible parto institucional que, como el de la burra, puede durar doce, o más, hasta la investidura

Patricia Fernández y Fernando López Miras

Hemos conocido a través de los medios de comunicación que el PPRM ha llegado a un pacto entre su actual presidente y la alcaldesa de Archena de cara al congreso regional que se celebrará el 15 de julio, consistente en una única candidatura conjunta para dirigir el partido que liderará el antes mencionado.

De lo que hasta ahora conocemos quedan claros los siguientes puntos:

Que, como siempre, el acuerdo se fraguó en Madrid, pero en esta ocasión acertadamente tutelado por el presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo quien, como buen estratega, es integrador además de previsor al no dejar nada para después, como a continuación veremos.

Que, como siempre, dos no se pelean cuando uno no quiere. En este caso, al parecer, ambos, presidente y alcaldesa, han cedido llevados de la sabia mano del gallego, cuyo lema es que la cohesión fortalece mientras la disgregación debilita. Puro sentido común. Para beligerantes intestinos en este país ya tenemos a los miembros del Gobierno Frankenstein de la nación y de la izquierda española en su conjunto, cuyos efectos electorales han quedado claros en los comicios andaluce, aunque alguien del PP asomara la patita ayer.

Que actualmente todo el poder orgánico del PPRM es de su presidente y que, al cumplirse lo pactado, su poder absoluto quedará reducido a la mitad; la otra mitad estará a partir del 15 de julio en manos de quien hasta ahora no disponía de ningún poder orgánico regional, la señora Fernandez.

Que, igualmente, de cumplimentarse el pacto, la candidatura a la Asamblea Regional se confeccionará entre el actual presidente y doña Patricia, siendo éste cabeza de lista por imperativo estatutario.

En esencia, esto es lo que ha trascendido de ese pacto. Ahora bien, en mi opinion un pacto consiste en una serie de condiciones a las que, de buena fe, se obligan los interesados durante un determinado período de tiempo.

En el caso que nos ocupa ese tiempo empieza el 19 de julio y concluye el día de las elecciones. Evacuada la consulta ciudadana, son sus 45 legítimos representantes quienes deciden todos, no solo los diputados populares.

Esta última reflexión nos conduce ineludiblemente a rebajar el actual optimismo del PP y a estimar las siguientes consideraciones de futuro:

Que Murcia no es Andalucía, ni su presidente, valedor de Casado hasta el final, es Moreno Bonilla, que apoyó desde el minuto uno a Núñez Feijóo. Al pasajero no seducen los cambios de agujas ferroviarias de última hora por miedo a descarrilar. A los electores tampoco.

Que Moreno Bonilla ha arrasado electoralmente en su tierra, mientras que López Miras ha perdido en la nuestra cuántas elecciones ha dirigido. No será fácil remontar los últimos desastres electorales autonómicos pasando de 33 a 16 diputados, ni ascender hasta los 23 necesarios para alcanzar la mayoría absoluta en mayo.

En estas circunstancias parece acertado incluir en la candidatura autonómica a quien cuanto más la conocen en la Región más la apoyan, cosechando una tras otra mayorías absolutas en su municipio de Archena. La mano previsora de Núñez Feijóo se deja ver con nitidez, por primera vez, pero no es la última.

Ante la posibilidad de que el PPRM no alcanzase mayoría absoluta en las próximas elecciones, ni López Miras ni Patricia Fernandez decidirán quién gobierna nuestra región, si no un tercero, un señor que tendrá que señalar con altura de miras quien lo sea, alguien que de altura va sobrado (2’03 m) y de miras sobrepasado, como todo su partido. Ante lo que le espera le deseo suerte. Pero esto también ha sido previsto.

Tenemos, pues, un pacto político para once meses, hasta las elecciones de mayo de 2023, y un posible parto político que, como el de la burra, puede durar doce, o más, hasta la investidura, e incluso acabar con una nueva consulta electoral como preceptúa el artículo 31 de nuestro Estatuto de Autonomía.

No he pretendido con este artículo señalar el camino de sus dos principales protagonistas, pero las previsiones del presidente nacional del PP y la sagacidad del lector no precisan más detalles.

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