La Opinión de Murcia

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Hoja de calendario

La decepción

Kiko Llaneras ha publicado, como suele, un exhaustivo análisis del voto en Andalucía, que explique la debacle de la izquierda, que ha adquirido proporciones espectaculares en una región que fue feudo del PSOE durante cuarenta años y en la que sigue habiendo bolsas de pobreza que sugieren una lógica posición mayoritariamente reivindicativa y progresista.

Pues bien: aunque la cuestión es ardua y compleja, como lo es cualquier intento de sondear la psicología colectiva, Llaneras aporta un dato definitivo: puesto que se dispone de los datos electorales manzana a manzana, calle a calle, barrio a barrio, es fácil comprobar que la abstención ha sido mucho mayor en los barrios más humildes que en los más adinerados.

Así lo explica Llaneras: «En Andalucía, los barrios más de izquierdas suelen ser más pobres y en ellos la abstención es más elevada. Esto era un patrón ya en 2015: en esas elecciones, en los barrios izquierdistas votó el 62% de los electores, mientras que en los de derechas lo hizo el 76%. ¿Qué ha pasado ahora? En 2022 la participación ha caído en los primeros vecindarios, pero no en los segundos. En los barrios de izquierdas la participación se ha desplomado, y ha pasado del 62% al 47% entre 2015 y 2022. En cambio, en los barrios más de derechas, donde la suma de PP, Vox y Ciudadanos ya arrasó en 2015, la participación no solo no ha bajado, sino que incluso sube un poco».

En otras palabras, la clientela de la izquierda está tan decepcionada que ni siquiera ha ido masivamente a votar. Si el PSOE y las opciones de la izquierda alternativa no reflexionan sobre esta cruda y desazonante evidencia y no son capaces de rectificar, anteponiendo el interés de sus clientelas a la descarnada lucha por el poder que ha exhibido el espacio a babor del PSOE, la catástrofe andaluza solo será el comienzo de un desmoronamiento general del progresismo.

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