La Opinión de Murcia

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Belén Unzurrunzaga

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Belen Unzurrunzaga

Tolerante, pero poco

Iván J. Urquízar

El pasado viernes le daban un premio al Fomento de la Tolerancia 2022 a la vicepresidenta y consejera de Igualdad y LGTBI de la Región de Murcia, en la Fiesta de la Diversidad en la ciudad de Murcia, con motivo de los actos que se celebran por el Día del Orgullo. Este premio se lo han dado por la puesta en marcha del Observatorio LGTBI que lleva cinco años de retraso, y que en su corto año de vida ha trabajado dos iniciativas: un informe y la aprobación de la creación de un centro de atención LGTBI. En la cabeza de quien lo propuso sonaba espectacular entregarle tal mención, pero no se podía saber que los asistentes a la entrega de premios acabarían abucheando a la vicepresidenta y consejera de Igualdad. Acompañenme en esta triste historia que les voy a contar:

«Tenemos por delante grandes retos y parte de la responsabilidad es política, ya que debe mirar por todos los ciudadanos, sin discriminar su identidad de género o sexualidad». Aquí las declaraciones de la consejera de Igualdad y LGTBI en la rueda de prensa tras la creación del Observatorio, organismo que nace regulero cuando desde la consejería tienen la brillante idea de proponerle a la Universidad Católica que sea miembro: los mismos que consideran el matrimonio igualitario una aberración a los ojos de Dios, aquí empezamos mal, llámenme loca.

Siguiendo con la estrategia brillante y las ganas de trabajar contando con todos y fomentando la tolerancia, de 32 miembros que componen el Observatorio sólo hay cuatro que son representantes de colectivos LGTBI; aquí se le debió olvidar lo de mirar por todos sin discriminar, que dijo cuando se constituyó el Observatorio, tolerante, pero poco.

Si a estos detalles se suma que gobiernan con fascistas, para los que las personas LGTBI resultan una desviación que se cura con terapia y mucha iglesia, y apoyan el veto parental, que según el Foro de la Familia de orden y fetén pretende preservar a sus hijos de cualquier contaminación ideológica que nada tiene que ver con su formación. Así que por mucho que sean la primera consejería que institucionalizó su nombre entre sus siglas y creó la dirección general de la Diversidad de Género, demuestran su incapacidad para defender a todos los ciudadanos por igual, cuando se venden por gobernar.

Como consejera de Igualdad y LGTBI su postura ante el rechazo sistemático del partido fascista sobre el colectivo LGTBI, debería de ser dura, crítica, no permitir que se vulnere la libertad y los derechos de nadie, cueste lo que cueste. No vale ponerse de perfil, como hace la derecha que cubre el expediente, sumándose al rechazo de la moción del fascismo en la Asamblea, que quería prohibir la bandera arcoiris de los edificios públicos. Hay que hacer mucho más, ya basta de tolerar la intolerancia.

En pleno siglo XXI por desgracia hay que reivindicar la libertad e igualdad de todos los ciudadanos, porque ha vuelto el miedo, porque han vuelto las palizas en las calles por identidad de género, porque para sus socios de Gobierno no hay cabida en esta sociedad para los que son diferentes a ellos, y ustedes no hacen nada para evitarlo. No se puede ser neutral, señora consejera de igualdad y LGTBI; son cómplices del fascismo, cuando gobiernan con un partido que simpatiza y se reúne con la organización polaca Ordo Iuris de extrema derecha católica que promueve en las ciudades zonas libres de LGTBI. Gobiernan con quienes no reconocen que todos somos iguales y merecemos los mismos derechos. Entienda que haya personas que le abucheen, no comparto dichos comportamientos pero la ciudadanía de esta Región y el colectivo LGTBI está harto del cinismo.

Admítanlo, se han posicionado en el lado malo de la historia. Sólo espero que dentro de un año la sociedad de esta Región que apuesta por fomentar la tolerancia de verdad y respetar a todos por igual consigamos que las cosas cambien. Mientras, le recomiendo que lea a Federico García Lorca: un pueblo culto tiene voz propia, eso es lo que muchos no quieren.

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