En la Región de Murcia hacemos las cosas al revés. Primero premiamos y luego esperamos sentados a que una persona haga su carrera profesional, en este caso deportiva.

Pero más allá del flaco favor que estamos haciéndole a ‘nuestro’ Carlitos Alcaraz, poniendo sobre él una presión añadida, dándole incluso con tan solo 19 años la medalla de oro de la Región cuando ‘solo’ ha ganado dos torneos de tenis de categoría 1000, lo que resulta paradójico que en la Región de Murcia, donde tenemos más salones de juego por cada mil habitantes, no solo de España, sino de Europa, donde la industria del negocio del juego ha gozado de exenciones fiscales, y miles de familias han caído en desgracia por culpa de la ludopatía, hayamos contratado al ‘futuro’ del tenis español para que haga una campaña publicitaria bajo el título «¿Juegas?».

Si lo que estamos promocionando es la región murciana como capital del juego, un pequeño Las Vegas huertano, sin duda los Odiseo y compañía estarán de enhorabuena, y es que otra cosa no, pero no hay colegio o instituto que se precie que no tenga su casa de apuestas en la puerta.

Pero si lo que pretende la campaña puesta en marcha es invitarnos a jugar, la pregunta sin duda es: ¿Jugar a qué?

Podríamos jugar a recoger la basura del Mar Menor, a limpiar de nitratos los campos de agricultura que siguen rematando a la laguna. También podemos jugar a contar peces muertos, y si estamos aburridos podemos empezar a ver los negocios que se han ido a la mierda por culpa de la situación del Mar Menor.

También podríamos jugar a ver cuántos altos cargos dimiten o cesan por semana, o jugar a ver quién tiene la culpa de vivir en una Región que no dispone de una hoja de ruta clara.

Ahora, si lo que pretende la campaña es que la gente venga a nuestra tierra a jugar al tenis, al golf o montar en canoa, es otra cosa. Eso sí, en verano avisen de que no se olviden de echar en la maleta una sombrilla, un sombrero o una gorra de Costa Cálida y crema solar, mucha crema solar. Ah, y que no hace falta que se echen una rebeca para por la tarde, aquí ni tan siquiera refresca.

Si la marca rescatada Costa Cálida ha quedado dañada irremediablemente para siempre, pues sin duda, se cometió el error de vincularla excesivamente al turismo de sol y playa, y más concretamente al entorno de la laguna, ahora la apuesta por ‘¿Juegas?’ es no solo arriesgada, sino que puede dar lugar a malas interpretaciones, y cuando eso ocurre, el problema no es del receptor, sino del emisor.

Una lástima que una vez más hayamos perdido la ocasión de poner en valor en la Región destinos turísticos tan potentes como desconocidos, y es que Águilas, Mazarrón, Mula, Calasparra, Blanca, Jumilla, Cieza, Bullas, Yecla, y tantos rincones que ofrece la región, otra vez han visto como quedan prácticamente fuera de la política turística regional, y vuelven a pelearse por las migajas.

Si de verdad queremos jugar, juguemos, pero hagámoslo a invertir en el patrimonio y la cultura, a poner en valor Borvonegro, Fuente Caputa, Almadenes, Camarillas, Arrozales de Calasparra, las pinturas rupestres, Castillos, la Cueva del Puerto, basílicas…, y recuperemos cascos históricos, pongamos en valor nuestros balnearios, y no dejemos abandonados a su suerte y a su propia capacidad, las marcas que ya son por sí solas referentes en la comunidad turística internacional.

Los Thalasia, Hotel Puerto Juan Montiel, Balneario de Archena, etc., deben sentir el aliento de las Administraciones públicas a su lado, no detrás. No puede ser incluso que apenas pasen con más pena que gloria fiestas populares que merecerían mucha más atención.

Juguemos, pero juguemos a conocer primero nosotros nuestra tierra, nuestras costumbres, nuestras fiestas, nuestras tradiciones, nuestros rincones, recuperemos edificios, apostemos por darle alma al patrimonio cultural, natural e histórico, y solo entonces podremos invitar a los visitantes y turistas a que vengan a jugar, y solo así podremos ofrecer algo más que casas de juego.