La Opinión de Murcia

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Nos queda la palabra

Patriotas de su bolsillo

Tras pagar 3,20 euros por medio litro de agua con el que acompañó el menú del día, se le indigestó el bolsillo. Aún resonaban en sus oídos los discursos sobre la mejor tierra del mundo cuando su mirada y el resto de sentidos se toparon con los datos de la desbocada inflación, que situaban nuevamente a la Región en las peores estadísticas.

La maldita pareja que conforman energía y alimentos se le aparecieron en una especie de danza de la muerte sin llegar a comprender como hacían estragos bajo sus pies cuando, mejor o peor o medio pensionista, sí es verdad que si en algo destacamos es por el polo energético de Cartagena y como huerta de Europa.

Tanto en combustibles fósiles, con industrias petrolíferas líderes en Escombreras y a un paso de Argelia, como en las renovables difícilmente hay otro punto del país con las fuentes más cercanas y abundantes, se felicitó. Si contamos, dijo, con la mejor energía, libre ya del impuesto al sol que impusieron los que enarbolan como única propuesta la rebaja fiscal, no digamos en alimentos frescos, especialmente frutas, verduras y porcino.

Cuando recibía la cuenta de la cesta de la compra, con pimientos por encima de los cinco euros el kilo o limones a 2,50, ganas le daban de cambiar las flores de las macetas.

Pensaba que la cercanía era una ventaja tanto medio ambiental como económica, evitando el transporte desde paraísos lejanos o la adaptación del terreno y de la aportación hídrica a frutos ajenos, y resultaba que, conforme a los datos del IPC, parecen castigarnos.

Como en ciertas relaciones, va a resultar que la lejanía es mejor que el contacto diario y directo, recordó alguna de sus mejores experiencias.

Luego, se dijo, hay otros amores que matan. Léase eléctricas, petrolíferas, grandes empresas agroalimentarias y otros aprovechados que no tienen más patria grande o chica que el dinero y, por tanto, servir a sus accionistas y no a sus trabajadores y clientes.

Y, claro o más bien oscuro, para los del terruño, ajo y agua… al triple de precio que la gasolina.

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