La familia está vinculada al ser humano desde siempre. Hoy celebramos el Día Internacional de las Familias, sea cual sea la manera en que están constituidas. Porque en torno a ellas, con el paso del tiempo, permanece una característica inamovible: todas son fundamentales para el desarrollo de la sociedad.

La Real Academia de la Lengua Española las define como a un «grupo de personas emparentadas entre sí, que viven juntas» refiriéndose a la unión en torno a un proyecto de vida común, de una forma tan genérica que no cabe discriminación.

Las familias ponen en valor la unión, la cooperación, la convivencia, el mutuo aprendizaje y, sobre todo, el hacer frente a las hostilidades que tiene en ocasiones la vida. Y, por supuesto, al disfrute compartido (porque compartir es vivir) de los frasquitos de felicidad que también tiene la vida. Porque los tiene, aunque nos neguemos a ponerlos en más alto valor que lo malo conocido.

El bienestar de una familia es clave para la cohesión social. El desarrollo emocional o personal de cada uno de sus miembros, y especialmente de los más pequeños, debe ser cuidado por todos, de la mano de las Administraciones, siempre que esté a nuestro alcance.

El Gobierno regional demuestra a diario su compromiso por la atención de las necesidades de los núcleos familiares, que cambian con el paso del tiempo. Un compromiso que se ha acrecentado en estos dos últimos años por las complicaciones derivadas de la pandemia, y que se fundamenta en dos ejes. Primero, en ayudar a todas aquellas familias que tienen especiales dificultades para afrontar los gastos derivados de cubrir las necesidades básicas y de conciliación. Segundo, en la protección a sus miembros, primordialmente a los menores.

Las ayudas destinadas a favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar son un claro ejemplo de ello. A lo largo del pasado año la Comunidad destinó 800.000 euros de la dirección general de Mujer y el Fondo Social Europeo a dicho fin. Dirigiendo la ayuda a todos los municipios para la atención de menores de educación infantil y primaria cuyos progenitores estaban trabajando o recibiendo formación para el empleo. Una refuerzo imprescindible para que los padres tengan una ayuda que les permita seguir trabajando.

También los 2,5 millones de euros en ayudas que tratan de cubrir necesidades básicas de las familias. Subvenciones para Ayuntamientos y mancomunidades de Servicios Sociales de la Región de Murcia, con las que se facilita que las familias superen determinadas situaciones de emergencia social, compatibilicen la vida personal y laboral y cuenten con los servicios de intervención necesarios.

Un total de 330 familias se beneficiaron el año pasado de las ayudas puestas en marcha por la Comunidad con la finalidad de colaborar con los gastos de las familias ocasionados durante el año 2021, derivados de su composición, ya sean familias numerosas de categoría especial, monoparentales, parto o adopción múltiple. Unas ayudas que han aumentado un 60% este año y que se prevé salgan convocadas en las próximas semanas para el año 2022.

Pero si hay algo que también es prioritario para nosotros, son los programas a familias con menores en situación especial o de riesgo. Los Puntos de Encuentro Familiar, y la futura puesta en marcha de un nuevo centro de atención a familias con menores en riesgo de exclusión social, que les permitirá reconstruir relaciones positivas. Siempre la infancia, adolescencia y juventud en primer plano, cono hacemos todos en nuestros hogares, con nuestros hijos.

Muchos son también los menores no acompañados que están o llegan solos a nuestra Región. Actualmente cuatrocientos menores están integrados en el sistema de protección. Todos ellos, por un motivo u otro, están desprotegidos, porque llegan solos en circunstancias extremas desde otros países, o bien porque quien debiera de velar por su protección, no lo hace.

Para ellos también existe una familia. La primera: la institucional a través del sistema de protección, la de los centros que los cuidan garantizando su cuidado personal y emocional. La segunda: la más genuina y necesaria para estos niños y niñas, las familias que los acogen en sus casas, convirtiéndolos en uno más en casa.

Todos ellos ponen en valor la unión, la cooperación, la convivencia y el mutuo aprendizaje. Un escenario al que se le unen los 1.400 menores ucranianos que huyen de la guerra. Más de 600 familias murcianas han mostrado su interés en acoger a alguno de ellos. Aprovecho esta tribuna para agradecer la solidaridad y el trabajo de todos y cada uno a los que acabo de hacer referencia.

En definitiva, la familia es un concepto que va mucho más allá, del que emanan toda una serie de valores que hacen de este mundo un lugar mejor. Démosle el valor y el lugar que se merece tal día como hoy.