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Astrud Gilberto, la historia de una injusticia

Astrud Gilberto

Astrud Gilberto (Astrud, su nombre de soltera), nació en Salvador de Bahia en 1940. Su padre fue un inmigrante alemán, profesor de idiomas, y su madre una brasileña de quien recibirá su legado musical, ya que ésta tocaba varios instrumentos y cantaba.

Vivió en Rio de Janeriro la mayor parte de su vida y fue allí donde, durante su adolescencia, en pleno auge de la bossa nova, entabló amistad con varios músicos como Carlos Lyra, Oscar Castro Neves, Roberto Menescal y Ronaldo Boscoli. La cantante Nara Leão, una de aquellas amistades, le presentó a João Gilberto, el célebre guitarrista y uno de los padres de la bossa nova, con quien se casaría en 1959, con 19 años.

Cantó regularmente con su esposo y sus amigos durante los siguientes tres años en sus actuaciones, una de las más importantes en la Faculdade de Arquitetura, en Río de Janeiro, en lo que resultó un prestigioso concierto.

Pero no fue hasta 1963, y por mero azar, cuando se dedicó profesionalmente a la música. Ese año Astrud viajó a Nueva York con su marido para grabar el célebre trabajo de fusión entre el jazz y la bossa nova: Gilberto-Getz. Es así como en una de las sesiones de grabación conoce al saxofonista estadounidense Stan Getz con quien mantendría una relación tras separarse de Joao.

Astrud se encontraba presente en los estudios A&T de Manhattan de Verve Record, en plena grabación del LP, cuando el productor Creed Taylor y Getz decidieron que la segunda parte de La chica de Ipanema se cantara en inglés, para darle una dimensión más internacional. Astrud que había estudiado varios idiomas y el inglés era uno de ellos, se ofreció a cantar

Tan pronto como los músicos, así como el productor, escucharon la grabación, supieron que tenían algo especial entre manos. Estaban tan complacidos con la contribución de Astrud que le pidieron que cantara en otra canción de Jobim, Corcovado. No tuvieron que buscar a nadie más, como tenían pensado.

Recordemos que la canción Garota de Ipanema (The girl from Ipanema) fue compuesta en 1962 por Jobim y Vinícius de Moraes, dos hombres de mediana edad que se inspiraron en Heloísa Pinheiro, una adolescente que pasaba por Veloso, un bar que ambos músicos solían frecuentar, camino de la playa de Ipanema. Aquellas primeras líneas expresan el embeleso que les evocaba la muchacha:

Alta y bronceada y joven

/ y encantadora,

La chica de Ipanema

/ va caminando.

Y cuando ella pasa,

/ los que la ven pasar

/dicen ‘ahhh’

Pero en la versión Gilberto/Getz, la voz seductora y susurrante de Astrud marcó la diferencia respecto a la original y fue un éxito tan rotundo, que consiguió ganar un premio Grammy el mismo año de su lanzamiento y obtuvo la nominación a Mejor Interpretación Vocal Femenina. Durante la década de los 60 consiguió vender más de cinco millones de copias en todo el mundo, y convirtió a la cantante, de 22 años, en una superestrella. Desde su lanzamiento en 1064 La chica de Ipanema fue la segunda canción más grabada de la historia de la música, detrás de Yesterday de los Beatles.

Pero he aquí donde surgió la gran controversia entre la versión de Astrud y otras personas presentes como Kimbel, el técnico de sonido de la compañía, que defendieron que había sido la cantante la que se ofreció a interpretar la canción; y la del productor Taylor y de Getz, quienes afirmaron que, conocedores de su talento, había sido idea de ellos pedirle a la joven que cantara en el disco.

En una entrevista que Getz le ofreció años después al escritor de jazz Les Tompkins, para la revista británica Jazz Professional, llegó a afirmar que sabía que la voz «inocente y recatada» de Gilberto sería una sensación, y agregó: «Ella era solo un ama de casa entonces, y la puse en ese disco porque quería que The girl from Ipanema se cantara en inglés, cosa que João no pudo hacer. Ipanema resultó un éxito y eso fue un golpe de suerte para ella», atribuyéndose el éxito de Astrud como propio.

Años después de estas declaraciones, Astrud Gilberto, en otra entrevista ofrecida a un medio de comunicación, contradijo esta versión, afirmando que fue ella quien se ofreció a cantar en inglés, y por supuesto, manifestó su contrariedad por las palabras de Getz al definirla como una simple ama de casa. Tal vez en el momento de los acontecimientos en un mundo de hombres y con solo 22 años, Astrud no fue capaz de posicionarse con contundencia para exigir el mérito y los beneficios que le correspondían.

Porque no es difícil comprobar además que Astrud Gilberto no mereció un solo crédito en el LP de vinilo original de Getz/Gilberto. Tampoco obtuvo porcentaje alguno de los beneficios obtenidos por el disco. Ruy Castro en su libro Bossa Nova: la historia de la música brasileña que sedujo al mundo deja claro que Joao Gilberto se llevó 23.000 dólares por su trabajo, y Getz, casi un millón. Este último ganó tanto con aquel éxito que poco después compró una mansión de 23 habitaciones en Irvington, Nueva York. A Astrud le pagaron únicamente lo que el sindicato de músicos norteamericanos pagaba por una noche de trabajo: 120 dólares.

Finalizada la gira que tuvo que realizar durante la promoción del disco junto a Getz y Joao, mientras se divorciaba del segundo y mantenía una relación tormentosa con el primero, entregada, además, al cuidado del hijo en común con Joao, soportando la falta de reconocimiento y de respeto por parte de todos, Astrud fue capaz de emprender su carrera en solitario.

Recién independizada, firmó un contrato con la Verve, discográfica con la que grabó la mayoría de sus trabajos hasta pasados los años 70. Una veintena de discos obran en su haber entre LPs, singles y recopilaciones. Destacar de entre todos ellos The Vossa Nova Queen en el que se recopilan las canciones cariocas más conocidas e interpretadas por la cantante a lo largo de su carrera. Astrud, además de cantante y compositora, fue pintora y una fiel defensora de los animales.

En aquel mundo de los comienzos de la bossa nova, lleno de hombres arrogantes incapaces de apreciar la creatividad y la labor de una mujer ni de tratarla como igual, la joven Astrud fue capaz salir adelante y mantener a flote una larga carrera. Acaba de cumplir 82 años.

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