La Opinión de Murcia

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Menuda Historia

Animales, los soldados forzados

Rusia utiliza delfines para vigilar la entrada al puerto de Sebastopol. Esta información, que parece sacada de alguna película de espías, ha sido difundida por el Instituto Naval de Estados Unidos después de analizar las imágenes vía satélite de ese enclave vital de la península de Crimea.

Los cetáceos habrían sido entrenados sobre todo para detectar la posible entrada de submarinistas hostiles, al igual que ya hicieron en la base naval siria de Tartús. De hecho, en 2017 Moscú ya anunció a los cuatro vientos que se servía de estos animales para operativos militares, al igual que también adiestraba focas y leones marinos para recuperar material hundido.

Dado que la relación entre los humanos y el resto de especies ha cambiado tanto, ahora a muchas personas les parecerá terrible que se utilicen bestias para fines bélicos, pero lo cierto es que a lo largo de la historia todos los ejércitos se han aprovechado de ellas. Por ejemplo, en 2019, las fuerzas especiales de EE UU pudieron capturar al líder de ISIS, Abu Bakr Al-Baghdadi, gracias a un pastor belga malinois que descubrió el rastro y condujo a los soldados hasta su escondite.

Los elefantes de Aníbal

El caso de los perros es uno de los más conocidos, pero el abanico de animales que han acompañado a las tropas en las batallas es muy variado. Y no hace falta recurrir al típico ejemplo de los elefantes que ayudaron a los cartagineses de Aníbal a enfrentarse a Roma durante la Segunda Guerra Púnica. Los paquidermos cruzaron los Pirineos y los Alpes para llegar a la península itálica y escribieron uno de los pasajes más comentados de la historia militar de la antigüedad.

Estos enormes animales también fueron protagonistas de conflictos protagonizados por indios y persas, que los utilizaban para pasar literalmente por encima de la infantería de los enemigos. Gracias a su fortaleza eran muy útiles para el transporte de material. Varios milenios más tarde los vecinos de la ciudad alemana de Hamburgo también pudieron comprobar su potencia cuando los elefantes de un circo ayudaron a retirar los escombros de los bombardeos aliados.

Ahora bien, los animales más habituales en las guerras han sido los caballos. Durante la Primera Guerra Mundial todavía existían unidades de caballería que realizaron acciones de combate, pero con la motorización de los ejércitos estos cuadrúpedos terminaron relegados a tareas logísticas, sobre todo en las zonas de difícil acceso para los vehículos de combustión. A lo largo de la Segunda Guerra Mundial, tanto los caballos como otros équidos (mulas, por ejemplo) fueron importantes a la hora de trasladar tropas, armamento y heridos. Funciones que en tierras africanas, por cierto, solían hacer los camellos.

Delfines y ratas

Con el inicio de la Guerra Fría se pusieron en marcha programas de entrenamiento de animales especializados en acciones concretas. Por su inteligencia, los delfines fueron adiestrados desde, al menos, la década de 1960 para tareas como la detección de minas submarinas. En tierra firme esta tarea la hacen ratas. En Camboya, por ejemplo, una oenegé les enseña a detectar minas antipersona en un país que lidera el triste ranking de ser el Estado con más mutilados del mundo.

Allí las ratas que a través del olfato localizan estas armas son heroínas nacionales, pero a veces los roedores han sido un problema. En las trincheras de la Gran Guerra, era habitual tener gatos y perros para que las cazaran. Durante la Segunda Guerra Mundial, la URSS envió cuatro vagones llenos de gatos para acabar con la plaga de roedores que sufría Leningrado, mientras la ciudad hacía frente a la invasión nazi; y la Royal Navy británica condecoró al gato Simon, no solo por su eficiencia eliminando ratones que había en el barco HMS Amethyst, sino también porque con su carácter amistoso, ayudaba a mantener alta la moral de la tripulación.

El pobre Simon murió a consecuencia de las heridas de metralla durante incidente con China en el río Yang-Tsé hace 75 años. Fue uno de tantos animales que perdieron la vida por culpa de las guerras humanas, donde están forzados a ir sin opción de poder decir que no.

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