La Opinión de Murcia

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La hoguera

¿ETA qué es?

Un poco tarde he visto Maixabel. ¡Qué película tan emocionante! Y eso que conocía la historia porque me había conmocionado en ese capítulo de la serie Tabú, de Jon Sistiaga, donde vemos a los personajes reales, Maixabel y uno de los que mataron a su marido, comiendo juntos y tomando vino blanco. La de Bollaín, que es espectacular, me la zampé una noche de esta semana después de leerme las memorias de Iñaki Rekarte, etarra condenado por varios asesinatos y arrepentido, de los de Nanclares, que me tuve que comprar de segunda mano porque ya no lo encontraba por ahí. Este libro lo abrí al terminar el del exgobernador civil de Guipúzcoa, el señor Goñi Tirapu, que se llama Mi hijo era de ETA, y el título lo dice todo. Y al libro de Goñi llegué porque me contó la historia Jon Viar, con quien había quedado para comentar su fantástico documental Traidores, que narra su propia historia como hijo de otro etarra arrepentido, pero de los de la primera época. Me gustó más que los documentales meramente históricos que se han hecho últimamente, que están bien para los que no saben gran cosa de la historia de terror. Ahora tengo pendiente La línea invisible.

En fin, quiero decir que ando interesado en ETA y su entorno ahora que tengo asumido que la banda desapareció. Y sospecho que formo parte de algún tipo de corriente, es decir, que tal vez os pase lo mismo, porque se ruedan muchas películas, y se emiten muchos documentales, y se publican muchos libros y artículos sobre la banda, sus atrocidades y sus funcionamientos internos. Esto no había pasado mientras ETA estuvo activa, y no creo que la razón de este montón de producciones y textos sea el éxito de Patria, de Fernando Aramburu, sino que el éxito de esa novela se debe al interés del público, que empezaba a despertar. Ha pasado tiempo suficiente desde que ETA ensangrentaba periódicos todos los días para que empiece a fermentar la curiosidad. Hoy, sospecho, Fernando León de Aranoa no hubiera tenido que comerse aquella polémica que se comió en los Goya. Las preguntas que hacía él entonces se las hace hoy mucha gente.

ETA empieza a ser como el nazismo tras de los juicios de Nuremberg: un enigma antropológico. Pero también una palabra vacía. La hija de un amigo le preguntó: «¿Qué es ETA?». Tiene 14 años, luego tenía 3 cuando la disolución, luego no recuerda. ETA no es memoria en ella, sino historia. Habrá que explicarle cosas y no nos creerá.

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