En principio se la quedará el PSOE. Ha sido la última pedanía en la que se planteará la moción de censura que llevó a los socialistas a la alcaldía de Murcia tras 26 años de gobierno de los populares. Y no es casualidad que se haya quedado para el final, teniendo en cuenta que es la patria chica del alcalde José Antonio Serrano, que ha tenido que pelear con sus socios para llevarse el gato al agua.
El colofón final, la guinda del pastel, el postre de una copiosa comida parece que será ese pleno en el que la coalición actual de gobierno habrá apeado a PP y Vox de todas aquellas juntas vecinales en las que ha sido posible el sumatorio de votos. Casi un año después de la moción de censura contra José Ballesta se habrá puesto punto final a una renovación de cargos en las pedanías, que no ha estado exenta de quebraderos de cabeza y de tiras y aflojas.
Una tensión que se puede producir en Puente Tocinos ante las reticencias del vocal de Cs de la localidad, que no ha visto nunca claro que sean los socialistas los que deban ostentar el bastón de mando en el pueblo de Serrano. Los de la formación naranja se hubieran hecho con esa pedanía si el PP hubiera seguido comandando la Glorieta por el acuerdo de investidura de 2019, que estableció alternancia de poder en ese pueblo.
Muy duro le debe resultar a esa vocal naranja aceptar de nuevo que no gobernará en la pedanía por la que ha estado trabajando en los últimos años como integrante de la junta municipal, un sentimiento que puede llevar a cualquiera a cometer ‘un error’ y dejarse llevar por el sentimentalismo. Hasta que el recuento de votos no se haga efectivo y se compruebe que el resultado es el que se pretende esa tensión invadirá la sesión plenaria de la moción de censura.
Los socialistas a estas alturas del partido creen que no habrá sorpresas, entre otras cosas, porque han apoyado a su socio de gobierno mucho más de lo que lo hicieran los populares. De hecho, están dispuestos a dar su voto a favor de la moción que ha anunciado el líder local de Cs y concejal de Fomento, Mario Gómez, para reprobar a Ballesta y a otros dos concejales de la bancada popular por los ataques que está sufriendo. Una moción que para salir adelante tiene que contar con los sufragios de los dos ediles de Podemos que, en principio, no han dado su ‘sí quiero’.
Todo depende del texto de la propuesta que presente Gómez, aunque los de la formación morada no son partidarios de ese tipo de actuaciones de vendetta política. Son más de construir y de hacer una oposición útil encaminada a solucionar los problemas de la capital de la Región, que son muchos y variados. No es cuestión de abrir nuevos frentes. Por nadie pase