Es difícil hacer ver el cuerpo en movimiento en un texto escrito, por eso os recomendamos ver las coreografías de Pina Bausch en internet y si es posible ir a ver su compañía de teatro, que sigue representando sus coreografías por el mundo.

La liberación del cuerpo a través de la danza comienza con la gran Isadora Duncan, principio y paradigma para otras, Marta Graham, Carolin Carlson y más cercana a nosotras Pina Bausch. Sin ellas no se puede entender la danza hoy ni la importancia y el dominio del cuerpo que se manifiesta en toda su libertad.

Nos centraremos en la última, debido a su gran aportación en lo que se conoce como danza-teatro de la cual fue pionera.

«Lo que trato de hacer es encontrar un lenguaje para la vida». «Bailemos, bailemos, bailemos, de lo contrario estamos perdidos», con estas dos frases Philippina Bausch, más conocida como Pina Baush, resume su trayectoria vital como bailarina, coreógrafa, directora de teatro y figura fundamental de la danza contemporánea.

Pina Bausch nace en Solingen, cerca de Dusseldorf (Alemania), el 27 de julio de 1940 en plena guerra mundial y muere el 30 de junio de 2009 en Wupertal de un cáncer de pulmón, condición imperativa para la gran fumadora que era.

Fue la tercera hija del matrimonio compuesto por Augusto y Anita Bausch, que regentaban un restaurante en Solingen, en donde Pina creció y dio sus primeras clases de danza, al percatarse sus padres de la extrema flexibilidad de su cuerpo. Ante este descubrimiento, sus progenitores darán el consentimiento para que, con 15 años, en 1955, fuera a estudiar a Essen con el coreógrafo Kurt Joos, en donde adquirió las bases de la danza expresionista alemana, que será la base de toda su carrera, yendo con el tiempo a la transgresión de sus límites hasta hacerse con los suyos propios.  

Con su estilo vanguardista, Pina Bausch propone piezas de danza que se componen de diferentes expresiones: movimientos corporales, emociones, sonidos y escenografías que muestran el dominio del cuerpo de los bailarines y bailarinas y de ella misma. Sus coreografías se enmarcan en la corriente de la danza-teatro, es decir, en la danza que emplea elementos expresivos del teatro.

Pina Bausch estudia también en la Universidad de Folkwang de las Artes, que compagina con su aprendizaje de la danza con Kurt Joos. El resultado de todos estos aprendizajes es la danza-teatro creada por Pina Bausch, difundida por la compañía alemana Tanztheater Wupertal creada por la artista. En sus obras recoge todas sus obsesiones escénicas en temas tan diversos como la filosofía, el psicoanálisis y la religión. Estos temas le sirven de inspiración para el desarrollo de sus coreografías de danza-teatro, en donde lo más importante es el contenido humano, social, histórico y filosófico. A partir de estos contenidos, los bailarines y las bailarinas ponen el acento en lo visual, en lo puramente cinético y en donde los intérpretes quedan desprovistos de rostro, pero nunca de presencia, pues con ella se da paso al cuerpo en su expresión más reglada y a la vez más transgresora, pues la danza para Pina Bausch es movimiento y el cuerpo su instrumento. Tomar conciencia del cuerpo, de sus partes y de sus posibilidades significa relacionarlo con los otros, con el espacio y el tiempo, este es el objetivo y la práctica de la danza de Pina Bausch.

Entre sus coreografías principales, fácilmente accesibles en YouTube para quien le interese el tema, se encuentran fundamentalmente cuatro: los ballets de la Consagración de la Primavera de Stravinsky, Café Müller, un café en donde Pina iba a comprar de pequeña, Vollmond Arte y Kontakthof.

En La Consagración de la Primavera, Stravinsky recrea un rito pagano inspirado en las danzas antiguas eslovenas. En 1975, Pina Bausch hace una adaptación de la obra de Stravinsky, en especial de la danza de la primavera, que tuvo repercusión internacional. El argumento está basado en la historia del sacrificio ritual de una joven virgen, elegida para celebrar la llegada de la primavera bailando ante su tribu, hasta la muerte.

Vollmond, que significa Luna Llena, es otra de sus coreografías importantes. Se estrena en Wuppertal en 2006, tres años antes de la muerte de a artista. Vollmond es una pieza acuática, en donde los bailarines y bailarinas danzan en el agua junto a una enorme piedra negra. Es una danza física y visualmente sobrecogedora. En ella, trece danzantes juegan, resbalan y comparten durante mas de dos horas poesía y música, llevando a cabo la danza a sus limites y a su estado puro. En esta coreografía, Pina nos conduce a un estado en donde la potencia de las imágenes, nos abren la posibilidad de un ir más allá y, justo a través de esos movimientos se puede dar la posibilidad de una catarsis en un universo de agua, de luna llena y de vida. Ver cómo los bailarines y las bailarinas dominan el cuerpo es todo un espectáculo que merece la pena.

En otro registro se encuentra la gran composición de Pina, Café Müller. Se trata de un baile coreografiado por ella con la música de Henry Purcell. Café Müller se estrena en 1978. El café es un lugar extraño, en ningún momento tenemos la representación de lo que es un café, en él no hay comida, ni agua ni café, sino bailarines y bailarinas que chocan sus cabezas contra las mesas, las sillas y las paredes, con sus movimientos se producen fisuras en el relato desde donde aparecen historias como la de la ceguera y otras que se visibilizan tras la repetición continuada de los movimientos, de los gestos. Es la pieza emblemática de Pina Bausch, no sólo porque en ella baila, sino porque allí se encuentra la síntesis de su trabajo, es decir, la aparición en escena del espectro que ella misma representa con su personaje ciego. Pina la ciega, en un café en donde se puede ver el interior de sí mismo, escuchar todos los rumores que acechan al ser humano, pero en donde el exterior queda desvinculado de los personajes a través de la creación de una potente espacialidad.

Y, por último, tenemos Kontakthof, que se puede traducir como «patio de contacto», pero también hace referencia a los encuentros que se hacen en los burdeles. Como Café Müller es una obra creada en 1978, una de las producciones más minimalista de la coreógrafa en donde la edad fomenta la idiosincrasia física y dramática de los adultos, en contraste con el rostro terso de la juventud. Todos los participantes son amateurs y en la representación, los mayores tienen más de 65 años, mientras que la edad de los jóvenes oscila entre los 15 y los 18.

En las propias palabras de Pina, «Kontakthof es el lugar del encuentro para buscar contactos… Muéstrate tu mismo. Rechaza. Con miedo. Con deseos. Decepciones. Desesperaciones. Primeras experiencias. Primeros intentos…», la vida misma es un ‘escenario’ que no tiene nada de convencional.

Podríamos seguir hablando de Pina Bausch mucho tiempo, de su intento de hacernos la vida cuerpos bellos en movimiento. Pero invito a los lectores y lectoras a ver la película Pina de Wim Wenders, terminada después de su muerte, para ver su gran aportación a la danza contemporánea.