En estos días FITUR vuelve a presentar, desde Madrid para todo el mundo, el escenario de un sector que tiene un presente y un futuro estratégico y que implica una enorme potencialidad socioeconómica para nuestro país y para nuestra región.

FITUR es un gran escaparate, colorista y divertido, profesional y lúdico, un tanto falsario en ocasiones, pero siempre imprescindible para tomar el pulso a un sector económico de tanta trascendencia. En FITUR están todas las tendencias, las apuestas públicas y privadas, las innovaciones y casi todas las ideas. Esta edición de la feria supone, además, una especie de hipotético punto de inflexión entre la pandemia y la postpandemia y por ello mismo es una cita particularmente interesante.

Este año la Región de Murcia va potente a FITUR. Tanto el stand como el programa preparado por el Instituto de Turismo de la Región de Murcia están bien trabajados y permitirán compartir con profesionales y visitantes el interés de la Comunidad autónoma por desarrollar, esperemos que con inteligencia, la actividad turística en nuestra tierra. El amplio programa de presentaciones previsto es un muestrario, extenso aunque no excluyente, de la diversidad de líneas y productos en desarrollo por las Administraciones y las empresas murcianas, e incluye interesantes propuestas, por citar algunas, en la línea del turismo de festivales y gastronómico, el turismo azul, el cultural, o el turismo de naturaleza, que tanta proyección tiene para la época postpandemia, con presentaciones referidas a la marca Territorio Sierra Espuña o a proyectos de la Dirección General del Medio Natural, como el sistema de sostenibilidad turística del Mar Menor y San Pedro, la carta europea de turismo sostenible o el proyecto Inherit.

Coincidiendo con esta edición de la Feria, el Gobierno regional ha presentado el Plan Estratégico de Turismo 2022-2032, que ha tenido de partida buena acogida en el sector. Planificar, aunque de forma abierta y flexible, es fundamental para un sector que es estratégico para la Región de Murcia.

A nuestra región nos toca estar todavía un poco a contramano de los mercados tradicionales y de las redes consolidadas de comercialización y geográficamente embutidos entre unos potentísimos competidores, Comunidad Valenciana y Andalucía, al norte y al sur, que son líderes no solo en el producto estrella del sol y playa sino también en las tipologías turísticas y los métodos de comercialización hacia las que va virando poco a poco el sector.

Sin embargo, sin alharacas pero sin complejos, en la Región de Murcia tenemos mucho que ofertar. Nuestro territorio turístico es mucho más que el producto de sol y playa y se percibe la potencialidad de crecimiento para un sector que es de presente y de futuro y que, en términos generales, incorpora importantes beneficios para la situación socioeconómica de los territorios que lo mantiene. Nuestros paisajes, nuestro clima y nuestra posición mediterránea aún no del todo colmatada –esperemos, exijamos, que por mucho tiempo- ofrecen unas ventajas evidentes que debemos saber aprovechar.