Del dicho al hecho hay mucho trecho. Este refrán popular define a la perfección a López Miras, porque sus continuas llamadas al consenso político son solo una pose. Una cosa es lo que dice y otra muy distinta lo que hace. Hace tiempo que enterró la posibilidad de llegar a los grandes acuerdos políticos que necesita la Región, y prefiere apoyarse en tránsfugas y expulsados, que solo se representan a sí mismos, en vez de legitimar su Gobierno buscando mayorías con los partidos que representan a la ciudadanía. Hace mucho mal a las instituciones públicas ignorando que la democracia, además de números, se sustenta en valores y principios de los que ha demostrado carecer. Su único objetivo es mantenerse en el poder, cueste lo que cueste y caiga quien caiga. Para López Miras, el poder es su salvavidas, su tabla de flotación; sin el poder, quienes le aclaman, lo echarían a los leones.

La tramitación de los presupuestos regionales para 2022 es la más reciente y mejor prueba. En ningún momento ha explorado la posibilidad de acordar con el resto de partidos políticos. Ni antes de la elaboración del proyecto de presupuestos, ni durante su tramitación. Incluso ha ignorado la casi totalidad de las enmiendas que presentamos desde los partidos de la oposición, la mayoría a petición de la sociedad civil. López Miras se ha aislado en su mundo de fantasía, se ha encerrado en una burbuja para no ver la realidad de una Región que se hunde en el pozo de la precariedad económica, la desigualdad y la pobreza. Flaco favor hace el coro de acólitos que le rodean y adulan para mantener su parcela de poder.

El presupuesto que hoy aprobará el PP, con sus socios tránsfugas y expulsados, no es el que necesita la Región de Murcia. No lo es porque no da respuesta a los problemas estructurales que tenemos en la región: desigualdad, pobreza, bajos salarios y pensiones; precariedad laboral, baja cualificación profesional, baja productividad y competitividad de la economía; debilitamiento de los servicios públicos o una fiscalidad injusta, entre otros muchos.

Desde que estalló la burbuja inmobiliaria el Gobierno regional y el PP andan como pollo sin cabeza, no existe un proyecto de Región, no existe un modelo de desarrollo económico. La improvisación y el parcheo son la marca López Miras, un presidente que esconde su incapacidad y debilidad en la confrontación con el Gobierno de España.

Desde el Grupo Parlamentario Socialista hemos intentado mejorar un mal presupuesto. Presentamos 143 enmiendas para reforzar la Atención Primaria y la Salud Mental, los servicios del hospital del Rosell y la construcción del CIAR de Águilas. Para fortalecer la economía social, la puesta en marcha de la ZAR de Cartagena, la mejora de barrios, pedanías y diputaciones en Murcia y Cartagena. Para garantizar la financiación de las universidades públicas y la gratuidad de los libros de texto, entre otras muchas. Todas desechadas por el PP y sus socios tránsfugas y expulsados.

Lamentablemente, para López Miras el presupuesto regional es solo un mero trámite administrativo y no la hoja de ruta para dignificar la vida de la gente.