El tren tiene algo de nostálgico. Incluso de romántico y si me apuras de bucólico y pastoril. Los viajes en ferrocarril siempre han tenido un sabor especial y han permitido conectar ciudades de manera cómoda y accesible. Sin embargo, en los últimos tiempos los amantes de este medio de transporte y los que lo necesitan a diario para sus desplazamientos no han tenido mucha suerte.

Como siempre, se han topado con la ineficacia y la incomprensión de unos mandatarios públicos a los que parece que les gusta que en Murcia resida para siempre el tren de la bruja sin que tosan a Adif, ese organismo inventado por Fomento para que no le den el tostón los ciudadanos y políticos, ante las decisiones que el Administrador de Infraestructuras lleva tomando para hacer sus obras en la capital y en la Región.

Si ya era una odisea desplazarse en tren desde hace muchos años por la Región y hacia destinos fuera de las fronteras regionales en viajes casi épicos que hacían a cualquiera añorar la diligencia (recuerdo un viaje a Madrid hace unos años en el que se rompió la máquina y casi tuvimos que bajarnos a empujar), a partir del mes próximo será imposible desplazarse a la capital de España por el camino habitual (están preparando la estación de Archena para coger allí el ferrocarril), un inconveniente que se suma a los ya padecidos desde octubre por el corte de la línea hacia Lorca.

Llueve sobre mojado, ya que Murcia no ha contado nunca de manera relevante en los planes de Renfe, ni de Adif, ni de Fomento y prueba de ello fue el desmantelamiento de líneas hacia Andalucía, hace ya varias décadas, y la falta de empuje cuando el Ayuntamiento capitalino decidió que la estación del AVE no fuera al norte de la ciudad. Todo el mundo se hizo el sueco y en esa zona se plantaron unos bonitos centros comerciales dejando todo el peso de unas infraestructuras brutales a la zona sur.

Los Gobiernos de los populares consintieron todos los atropellos imaginables con el ferrocarril, por eso ahora causa pudor y vergüenza ajena verlos quejarse de las decisiones adoptadas desde Madrid, con el beneplácito de los responsables políticos de la Delegación del Gobierno y del Ayuntamiento de Murcia, que en el tema del tren se muestran igual de sumisos que sus antecesores.

Ahora que ha pasado la Navidad y los fastos se han acabado es hora de demandar que las obras se aceleren cuanto antes y exigir a Adif transparencia e información acerca de los planes que va a llevar a cabo.

El actual alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, y el vicealcalde, Mario Gómez, se mostraron muy beligerantes cuando los populares estaban en la alcaldía y en el Gobierno central, exigiendo el soterramiento y un buen servicio de tren. Se logró el soterramiento con el apoyo de los socialistas en todos los ámbitos, un crédito que este partido está perdiendo por momentos por las torpezas de Adif y por la pérdida del empuje demostrado antaño. Lamentablemente a Murcia le quedan muchos años de tren de la bruja. Por nadie pase.

CABOS SUELTOS

Las quemas no paran

Los vecinos de Barriomar dan los buenos días desde ‘los suburbios’ con imágenes que nos ponen al borde de las lágrimas; lo mismo les ocurre a los voluntarios de Stop Quemas, una plataforma que lleva años luchando por el control de los restos de poda y para que los agricultores y demás personas se desprendan de sus residuos contando con medidas medioambientales. Stop Quemas no ceja en el empeño de demostrar que las quemas con su humo tóxico no paran frente a la inacción política para acabar con esta lacra que envenena el aire de la Región y el de Murcia, una de las ciudades que más contaminación soporta con sus nefastas consecuencias para las salud.