E l adanismo, un vicio del ego que me pirra detectar en los demás y que consiste en creer que lo importante acaba de aparecer ahora, con uno, en este momento, también me afecta a mí. Nos afecta a casi todos, porque librarse de él es tan difícil como alcanzar la erudición absoluta. Lo nuevo, lo actual, lo rompedor suele ser un reciclaje de lo viejo: un frankenstein vivo hecho con pedazos de carroña, una presentación en envase novedoso que contiene un producto confeccionado con piezas de otras cosas a menudo obsoletas u olvidadas.

Detectar las trazas de historia y tradición presentes en el organismo de la novedad sensacional requiere la ayuda de los buitres, que son expertos en detectar desde el aire el más imperceptible aroma de la descomposición. De ahí que me parezca tan acertado el nombre de La hemeroteca del buitre, web y canal de Youtube que fundó en la universidad don Juan Francisco Lamata, quien sigue publicando varios vídeos a la semana pese a que la gestión de la web haya pasado a otros buitres.

El trabajo de Lamata y sus colaboradores es una vacuna contra el vicio adanista pero constituye otro vicio en sí mismo: los vídeos que presentan en modo metralleta y las publicaciones masivas de la web enlazan con todas las referencias previas importantes que se perdieron en la inmensidad oscura de las hemerotecas. A cualquier polémica presente, a cualquier debate, a cualquier movimiento sorpresa de los partidos políticos contraponen estos buitres astutos cientos de preludios que nos demuestran que casi todo lo que hoy nos sorprende, hasta lo más inaudito, sorprendió y pareció inaudito a los que leyeron el periódico anteayer.

En un momento en que la ignorancia sobre el pasado se convierte en una pose digna y jactanciosa (prueba de lo cual fue el programa ¿Quién se ríe ahora?, que emitió TVE) los buitres de hemeroteca como J. F. Lamata llevan a cabo una labor vital. Porque no es solo que ayuden a nuestra precaria memoria a enriquecerse con historias que se escurrieron por el olvido, sino que presentan su contenido con una capacidad de análisis y contexto y una ecuanimidad que hace del canal una vacuna no ya contra la desmemoria o la ignorancia, sino también contra la estupidez.

Si algún profesor de Periodismo lee esto, por favor que le dé un repaso y lo ponga como contenido obligatorio. Para sus alumnos y para sí mismo.