Algo no anda bien, algo no está bien pensado o, me temo, pensado importándole poco o nada nuestra salud, como cuestión particular y personal.

Y es que llevo toda la semana con algo de tos y unas décimas febriles, entre 37,2 y 37,9. Empecé a notar cosas internas mal funcionando durante el sábado, estuve por la calle y en casa de un familiar con amplia zona exterior, y las achaqué, por ello, a haber cogido frío, pero al despertarme el domingo y demostrarme el termómetro que algo de fiebre había, justificándose así la sensación de malestar general, cierta molestia en la garganta con algo de tos, muy poca, y algo de dolor, más que dolor, cansancio muscular; pues, date, ya la he pillado, me dije. Al ser domingo, y para cerciorarme, pagué los 8 euros que me clavaron en la farmacia 12H a la que acudí, y me hice la prueba de antígenos... Que dio negativa.

Aun así, como todo el lunes continué igual, pedí, traté de pedir cita con mi médico de familia, ¿se llama así? y, entonces fue cuando empecé a pensar eso con lo que empezaba de que algo no está bien pensado en el Servicio Murciano de Salud (SMS), digo.

Si no, no se entiende el proceso instaurado en esta institución para pedir cita presencial con tu médico de cabecera. Por supuesto que telefónicamente es algo imposible, y mira que lo intenté ¿Será, como decía aquella, que los profesionales del centro están boicoteando a la Comunidad y, maliciosamente, no cogen los teléfonos?

Traté, entonces, de pedir cita por internet a través del portal del paciente; menos mal que, a pesar de mi edad, no me manejo muy mal con la web y, por si acaso, tengo todo grabado en el navegador: entrada al portal, usuario, contraseña...

Una vez pinchado en el icono de pedir cita presencial con tu médico, se abre una segunda página donde te preguntan: «¿Tiene fiebre o síntomas respiratorios que puedan estar relacionados con la Covid-19? En caso afirmativo, primero se le realizará un test de antígenos, y después será atendido por un profesional sanitario».

Genial, justo lo que necesito. Si digo que sí, me vuelven a hacer una prueba, creo que también de antígenos, en lugar de PCR, pero bueno, es el sistema de salud de mi región, será que es fiable. Y luego me ve el médico, ilusamente pensé, porque si no, ¿qué otro profesional sanitario me iba a atender después?

Continúo y confirmo esa cita para la prueba, que hago el martes, día siguiente, a las 8.30, hora que me habían asignado. Éramos unas cuantas personas las que pasábamos por allí, en serie, a realizar esta prueba, y un par de sanitarios atendiéndonos. Uno nos iba tomando las muestras, el otro las iba aplicando al probador y asignando a los datos del paciente. Preguntando al enfermero si me llamaría el médico, o cómo era el paso siguiente, me informa que me llamarán sólo si es positivo el test. ¿Cómo? me sorprendí, y al preguntarle sobre de qué modo me enteraría si era negativo, vino a decirme que por tiempo, que si cuando acabe la jornada no me han llamado es que es negativo el resultado.

Sí, como suena. Algo perplejo, me volví a casa. Estoy de vacaciones estos días, y traté de continuar mi vida, sin percibir que habían conseguido que me olvidara de que no me encontraba bien de salud, motivo por el que había acudido al centro, buscando ayuda médica, sin conseguirlo.

Recordando que en el portal cuelgan los informes Covid, a eso de mediodía volví a entrar y localicé el último de 4 de diciembre, test rápido de antígeno, con resultado negativo. Al menos por ahí, tranquilo.

Seguí con ese malestar y cansancio generales, algunas décimas, y molestias respiratorias, algo de tos... Que, como en la mayoría de los procesos febriles, conforme avanzaba la tarde iban agravándose, lo que me devolvió a la realidad: necesitaba atención para que mi médico me diga qué debo tomar, si debo tomar algo, qué no debo tomar, si lo que tengo es bacteriano, si es vírico, o lo que, tras verme y diagnosticarme crea más adecuado.

Así que, volví a la carga. Ya por el teléfono ni lo intenté; entré al portal, dije no a la pregunta de si tenía fiebre o síntomas compatibles con la Covid, aunque la tenía y eran síntomas compatibles y, zasca, primera cita disponible el viernes, estábamos a martes, el jueves es día de Reyes... Madre mía, si estoy para ir a urgencias, pero ni se me ocurre.

Traté, entonces, de hacer una consulta telemática, aunque dados mis síntomas, y por experiencia de otras consultas, lo más probable que me dijera que tenía que verme real y no virtualmente. Pero no hubo lugar a ello, me llevé otro zasca más, ya que no había consultas disponibles, sic. Será que tienen asignado un número máximo de consultas por día, o algo así.

En fin, que aquí estoy, pasando el día de Reyes con un trancazo del quince (¿por qué se dirá del quince? ¿se dice?), remitiendo ligeramente, algo mejor, pero no bien; con los miedos en aumento: será gripe, será bronquitis, será neumonía, será... Eso sí, el carbón no me lo quita nadie, y la alegría de ver a mis nietos, que en breve vendrán por lo suyo tampoco.

Feliz año, y, no a los reyes, sino a las murcianas y murcianos les pido que nos traigan un sistema de salud fuerte, bueno, de calidad y público, que nos cuide por amor, no por interés.