Falaz, cargado de cinismo e hipocresía y lleno de tópicos paternalistas insoportables. Así podría calificarse el mensaje de año nuevo de López Miras. Insinuar, por ejemplo, que lo ocurrido en el Mar Menor es un desastre natural no merece, en mi opinión, otros calificativos, y enfatizar, además, que los presupuestos «para frenar su deterioro y propiciar su recuperación destinan este año (2022) la mayor cantidad nunca invertida en la historia» (84,9 millones) es, sencillamente, falso.

El Anexo de Actuaciones en el Mar Menor, que puede consultarse en el Proyecto de Presupuestos, es una mezcolanza de iniciativas la mayoría de las cuales nada tiene que ver con frenar el estado eutrófico de la laguna, que es de lo que se trata. Así, contabilizar como medidas para revertir su deterioro los 5,4 millones para el mantenimiento de las autovías RM-1, RM-12, RM-19 y otras carreteras, el medio millón para promoción del deporte en la laguna o los 6,2 millones para las obras de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado de La Manga (EDUSI), que contempla actuaciones como un aparcamiento disuasorio, un edificio de usos múltiples o la remodelación de la Gran Vía de esta localidad, es mucho conceder.

La lista de inversiones semejantes alcanza, al menos, hasta los 38,5 millones que llegan a 50 si contabilizamos otros 11,5 millones asignados a «inversiones de ESAMUR en la zona del Mar Menor», inversiones que no aparecen en ninguna memoria explicativa ni partida presupuestaria, concreta o suma de éstas. Podría tratarse, no obstante, de la ampliación de la desaladora de Escombreras para atender a la demanda de mayores caudales para el regadío o de obras de depuración y saneamiento en distintas localidades, aunque sin especificar cuáles.

Pero, aun asumiendo que los 84,9 millones de marras para la supuesta recuperación del Mar Menor fueran realmente inversiones implicadas en revertir su deterioro, resulta que casi el 60% de dicha cantidad corresponde a fondos estatales y europeos (50,2 M). Si a esto añadimos que la ejecución presupuestaria posterior deja bastante que desear, a pesar de que la mayoría de actuaciones están ampliamente cofinanciadas (como en el caso de la dirección general del Mar Menor que no supera el 32% de ejecución presupuestaria en el conjunto de los cuatro años de su existencia), el récord histórico de inversión en la laguna que se atribuye López Miras se sitúa en su justa medida.