La Leyenda Negra sobre España fue un invento inglés y holandés nacido de la envidia, el rencor y la perfidia de dos naciones que se vieron postergadas por un país del sur, anatema máximo para quien se considera hijo del norte; un apriorismo como otro cualquiera, en principio, que triunfa hoy, aún, plenamente. Tenemos ya la suficiente literatura sobre las falacias de la Leyenda Negra, que debía de convencer a cualquiera, pero, únicamente el prejuicio intelectual de no cambiar ideas preconcebidas, impide a gran parte de la izquierda sociológica española admitir la verdad. La falsedad de la Leyenda Negra es un hecho demostrado por la Historia. Quede en la oscuridad del error quien así lo desee, y punto.

Pero dentro de España hay otra leyenda negra, ésta con minúscula inicial: la que mucha parte del resto de España tiene sobre nuestra Región, exProvincia y exReino. Lo murciano es despreciado en buena parte del resto de España. Comenzando por los rasgos característicos del habla de aquí. No los voy a enumerar. Pero, el acento canario es delicioso; el andaluz, gracioso; el aragonés, entrañable; el madrileño, ¡qué castizo!, y así todos. Pero el murciano es malo, degradado, mal hablado, pronunciado y ejecutado. Digo que ésa es la idea del español medio, adoctrinado por algún siglo que otro de menosprecio a todo lo que lleva la marca Murcia. Así era cuando este cronista se asomó al mundo, y así sigue ahora. El murciano no habla diferente, habla mal, dice el resto de España.

Pero no es el habla lo único que se desprecia: «Mata al rey y vete a Murcia», «Murcianos, gitanos y otras gentes de mal vivir» son frases del acervo popular español, que no se erradican. Se combate oficialmente el machismo: muy bien; la homofobia: mejor aún; Y otras lamentables costumbres de la cultura cotidiana popular española. Pero, a nadie se le ocurre inicia la lucha porque lo nuestro, lo murciano, no sólo nuestra habla, sea considerado y respetado en el proceloso mundo de lo común español. «En Murcia no hay ná» es otra de las frases que, como el sambenito a los procesados de la Inquisición (la menos cruenta de toda Europa), se nos cuelga en cuanto nos ven.

No voy a enumerar murcianos y murcianas de pro en todos los campos de la actividad humana. Eso significaría que siento la necesidad de redimir lo murciano, acaso justamente postergado. Murcia merece respeto por el mero hecho de estar aquí. Y nada más. Sépanlo todos.

Ya está.