El mes pasado, en un pueblo de Cuenca, representantes de 160 organizaciones vecinales y sociales de todo tipo y procedencia nacional se dieron cita para ahormar el embrión de una candidatura electoral.

Aunque no se concretó la fórmula, quieren presentarse a las elecciones autonómicas y locales de mayo del 2023 pensando en las generales de aquel otoño si los resultados son satisfactorios. 

Son las voces de lo que se conoce como ‘la España vaciada’: municipios y provincias que sufren el envejecimiento y la diáspora de sus habitantes ante la falta de oportunidades laborales, la desatención social y sanitaria, de infraestructuras y de inversiones productivas. 

Movimientos como Soria Ya o Levanta Jaén buscan la simbiosis con Teruel Existe tras el éxito que ha supuesto para esa provincia el protagonismo de mantener un diputado y dos senadores en las Cortes con apenas 20.000 votos.

En el Congreso, Tomás Guitarte fue decisivo en la investidura de Sánchez y en la negociaciones presupuestarias a cambio de inversiones y servicios. 

Es mucho lo conseguido para tan exigua representación. Apenas el 0,08% del total de los sufragios de aquellos comicios de 2019 han conseguido desbloquear proyectos de construcción de autovías comprometidos y nunca realizados por Gobiernos populares y socialistas en Moncloa en 2001 y 2008.  

La misma estrategia de independentistas catalanes y vascos: apoyos a cambio de partidas presupuestarias. Y si sumamos las prebendas que negocian regionalistas canarios y cántabros o los conglomerados valenciano y gallego de Podemos, el resto de territorios, como ocurre con la Región, se queda para los restos. La misma historia que se repite en cada Gobierno en minoría, sea del signo político que sea.

Ponerse a la cola aquí ha significado que sigamos esperando la regeneración de la Bahía de Portmán desde 1994, si no antes, o la llegada de un AVE anunciado en servicio para el 2007 tras aquel calificado como histórico ‘pacto de San Esteban’. A finales de los ochenta ya había voces que pedían regenerar el Mar Menor con las primeras alertas sobre su estado.

La ‘España vaciada’ quiere jugar fuerte para convertirse en una pieza clave de futuros Gobiernos en Madrid y pedir un trato presupuestario equitativo. Y no estaría mal sumar a ella, la ‘España ignorada’, esa que, como ocurre en estas tierras, sufre las consecuencias de carecer del peso específico en el Gobierno central como para ver logradas en tiempo y forma sus legítimas aspiraciones.