Desde el pasado 30 de junio la sociedad murciana se ha visto convocada a una serie de movilizaciones en defensa de la única línea de Cercanías estrictamente regional, la que recorre el Valle del Guadalentín hasta Águilas. Tras sucesivas concentraciones en todas y cada una de las localidades a las este tren da servicio, con una indiscutible respuesta ciudadana, y una manifestación en Murcia el pasado día 25 Septiembre, ADIF ha decidido e implantado el corte de tal servicio ferroviario y su sustitución por autobuses. 

El 30 de agosto, la Presidenta de ADIF visitó la Región limitándose una ceremonia oficial con contactos estrictamente institucionales con los alcaldes de la zona, también con la alcaldesa de Cartagena, obviando contacto alguno con la sociedad civil ni con los convocantes de las movilizaciones en contra del corte de los trenes. 

A pesar de esta dinámica difícilmente reversible, la Plataforma en Defensa del Ferrocarril y la Plataforma Pro-Soterramiento decidimos aceptar el ofrecimiento del delegado del Gobierno, José Vélez, de un encuentro, el 30 de septiembre, con la presidenta y con el director general de Construcción de ADIF, así como con los técnicos que gestionan las obras del Corredor Mediterráneo hacia Andalucía. Corríamos el riesgo de un esfuerzo en el último momento de dudosos resultados, pero creíamos que ADIF debía oír a la sociedad civil murciana, de la que formamos parte, y a mediodía emprendimos viaje al domicilio social del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, en Madrid. Desde Sevilla emprendía un viaje paralelo José Luis Ordóñez, coordinador estatal de la Plataforma en Defensa del Ferrocarril Público, que se unió a la expedición murciana en las propias puertas de ADIF, al que agradecemos su esfuerzo y participación. 

Durante dos horas tuvimos ocasión de debatir sobre las consecuencias de la supresión del servicio ferroviario tratando de buscar una alternativa menos drástica y menos perjudicial para los usuarios del ferrocarril, evitando el corte total del servicio aunque aceptando las inevitables afecciones de cortes puntuales y transitorios en determinados momentos y lugares de la línea. 

Tuvimos ocasión de debatir y aportar las razones que nos movían porque estábamos seguros de que la alternativa de autobuses por la red de carreteras regional y de una autovía, la A-7, saturada habitualmente en horas punta, será muy problemática. Quisimos ser portavoces de los derechos a la movilidad de los usuarios de este tren, mayoritariamente estudiantes, trabajadores y jubilados que acceden a su puesto de trabajo, de formación o en búsqueda de servicios sanitarios o sociales. Fuimos portavoces de los intereses de un nuevo Campus Universitario, el de Lorca, que se va a ver gravemente perjudicado por dificultar el acceso de su alumnado que se verá dañado y mermado frente a otras ofertas de estudios en otras universidades del entorno cercano. Fuimos defensores de un medio, el ferrocarril, limpio y poco contaminante frente al transporte por carretera y el automóvil privado al que se verán forzados unos usuarios del ferrocarril que han sido expulsados de este medio y difícilmente regresarán a él. Fuimos portavoces de los usuarios de ferrocarril histórico Cartagena-Madrid, a los que se les obliga a un servicio con transbordos a mitad de viaje que hasta este momento no tenían que realizar. De momento hemos perdido los trenes Altaria y Alvia que suponían viaje directo de ida y vuelta a Madrid con horarios ventajosos que hoy no podemos utilizar, no siendo temerario pensar en una propuesta de eliminación de esta línea histórica cuando el año próximo tengamos un AVE en la estación Murcia del Carmen con un recorrido extraño y excesivo, por Alicante, que no permite vertebrar las ciudades del Valle del Segura o del Noroeste de la región. 

Preguntamos, sin obtener respuesta, cuáles habían sido las otras propuestas de solución contempladas previamente al corte del servicio ferroviario: el corte total del servicio fue la única propuesta con que los técnicos trabajaron, y así no había alternativa. Echamos en falta la presencia del estamento político que en ocasiones como ésta matice o ‘corrija’ una determinada propuesta técnica con graves afecciones sociales que podían evitarse, a pesar de la presencia del director general de Construcción, pero con la ausencia de la presidenta de ADIF, María Luisa Domínguez. Como echamos en falta a Pedro Saura, cuya ausencia en Fomento va a suponer una pérdida de peso regional en las decisiones de construcción de infraestructuras públicas en nuestra región. 

Con este balance, no tuvimos inconveniente en calificar como fracaso nuestro viaje a la misma institución que en otro tiempo nos había procurado la primera fase del Soterramiento, que ya estamos empezando a disfrutar, pero que en este momento nos maltrata. ¿Es la primera prueba de la pérdida de peso específico de la Región de Murcia ante el nuevo ministerio de Fomento? ¿La siguiente será la supresión del tren histórico directo Murcia, Cieza, Hellín… Madrid, con la excusa de que ya tenemos (tendremos) AVE por Alicante?

No obstante no lamentamos y creemos que no fue un fracaso que ADIF oyera que hay quien se rebela con conocimiento de causa ante propuestas mejorables, sin poner en riesgo inversiones necesarias. A propósito, si el partido Teruel Existe ha conseguido la electrificación de la línea del tren Zaragoza-Teruel, ¿cuándo le va a tocar a la línea Cartagena-Murcia-Chinchilla? Las condiciones de trazado en ambos casos son equiparables. ¿Tendremos que crear un partido Murcia Existe para que nos haga caso Madrid? 

Los PGE están próximos a su discusión y la mayoría asegurada; la inversión estaría justificada, tan sólo cuarenta millones resolverían este déficit y dejaríamos de ser la ‘Cenicienta del ferrocarril’ que decía Jara Carrillo.