Arrancamos el curso con un nuevo golpe de la extrema izquierda en el municipio de Murcia, esta vez en veinte pedanías. Una estrategia del tripartito, similar a la que protagonizaron en marzo en el ayuntamiento de Murcia para asaltar La Glorieta, para imponer sus colores políticos según su conveniencia personal y partidista.

Ya han demostrado que las mociones de censura son el modus operandi de este tripartito compuesto por PSOE, Ciudadanos y Podemos. Sin estrategia para Murcia, sin proyecto de ciudad, pero, eso sí, durante todos estos meses han trabajado para acomodar bien sus sillones, esos a los que han llegado por un asalto, sin el respaldo de los murcianos y sembrando un camino de bulos y falsedades para justificar su hazaña.

Las mociones de censura en pedanías no buscan el bienestar de los murcianos ni la defensa de sus intereses; únicamente están basadas en un juego político, en un pacto oculto de la izquierda (o ya no tan oculto después de los audios de Conesa y las actuaciones de Bolaños) para conquistar territorios, poder, atacar a los adversarios y arrasar con ‘sus tropas’ todo aquello que no sea de su condición, los vecinos les importan poco. 

Una muestra de ello es la falta de respeto a la fantástica labor que realizan los pedáneos, elegidos por los murcianos en las últimas elecciones a los que el autoritarismo de los socialistas está llevando a forzar su salida. Este es el gran cambio que aireaba el nuevo equipo socialista en las pedanías a su llegada: terminar con la participación ciudadana, con la autonomía de las juntas vecinales e intervenir a los alcaldes de los pueblos del municipio de Murcia atándoles las manos, un secuestro en toda regla a la independencia del municipio.

A esto se le suman las trabas burocráticas que ha impuesto el nuevo equipo de izquierdas a las pedanías. Para arreglar o solucionar cualquier pequeña necesidad de los vecinos, los pedáneos tienen que realizar un sinfín de trámites para que les autoricen la actuación, paralizando la administración cotidiana de los problemas de nuestros pueblos. Todo son dificultades con este nuevo equipo de izquierdas, que ni hace ni deja hacer.

 Por eso, no vamos a permitir que este mercadeo lleve al Ayuntamiento y a los vecinos a una situación de desconcierto y de inestabilidad. Nuestro deber es crear certezas, dar soluciones y mantener el equilibro institucional. El PP ya ha demostrado que es el único que asegura estabilidad y que durante estos años, por mucho que les duela, siempre ha estado entregado a sus vecinos, trabajando día y noche de forma incansable. Una marca a la que otros no pueden llegar por incapacidad, por falta de ilusión y vocación de servicio público.

Los murcianos, que hoy somos rehenes de nuestro propio gobierno, no vamos a olvidar ni perdonar el bochornoso espectáculo al que fuimos sometidos a nivel nacional por el capricho de Arrimadas, que ha certificado con todo esto la desaparición de su partido. Ni Ciudadanos ni el PSOE de Murcia han pensado en los vecinos de su municipio, solo se han dejado llevar por sus líderes de Madrid que ni conocen ni les preocupa nuestra tierra.

Pero esta trama ha sido destapada. La campaña de acoso y las acusaciones falsas a las que ha sido sometido el Partido Popular ya es insostenible, con lo que ha quedado demostrado una vez más el autoritarismo y el poco respeto a medio millón de murcianos de estos partidos de izquierda y extrema izquierda.

Pero toda cara tiene su envés. A causa de la fallida moción a nivel regional y de esta errónea estrategia ya han abandonado la vida política Pablo Iglesias, el ministro Ávalos, la portavoz de Cs en la Región y todo su equipo, y hace tan solo unos días, también ha dimitido el secretario general del PSOE en la Región de Murcia, Diego Conesa.

No es casualidad. Solo hay que salir a la calle para darse cuenta de que a los murcianos lo que les preocupa es que en estos seis meses en los que está gobernando Ciudadanos y PSOE, con el apoyo de Podemos, en el ayuntamiento de Murcia, se ha parado la generación de empleo debido a la paralización de la actividad económica por la incapacidad de este equipo socialista, la ciudad está más sucia y descuidada que nunca, las obras están paradas, no se invierte en infraestructuras, se están perdiendo y devolviendo fondos europeos y ahora se pretende terminar con las pedanías y con la participación vecinal.

Todo esto se puede resumir en autoritarismo, inacción, bloqueo y parálisis.

 A este nuevo equipo le dejamos todos los medios y recursos para seguir avanzando por Murcia. En los cajones lo que han encontrado es más de 160 millones de euros para inversiones, pero les falta lo más importante aún, y es la capacidad, las ganas y la ilusión por trabajar para este municipio.

Los murcianos se merecen un gobierno sincero, que piense en ellos. Nosotros lo hemos hecho siempre y lo vamos a seguir haciendo. Frente a eso tenemos a un tripartito que no ofrecen nada nuevo a los murcianos y cuya única estrategia es la de la calumnia y la difamación contra el adversario político. No nos van a condenar a dos años de retroceso, no lo vamos a permitir.