¿Hasta cuándo subirá el precio de la luz? Es la pregunta que se hacen todos los españoles de a pie, desde el autónomo que abre su negocio todos los días hasta las familias que en este comienzo de curso escolar han de afrontar gastos extra. La escalada iniciada en julio y continuada en agosto no da respiro en un septiembre en el que ya se han superado todas las marcas. En lo que llevamos de mes se han registrado nueve de los diez precios más altos de la historia, con lo que los españoles pagamos ya por la electricidad un 240% más que hace un año. Y todo esto ocurre ante la indiferencia de un Gobierno de Sánchez que sigue sin adoptar ninguna medida para rebajar unas escandalosas subidas en el precio de la electricidad. Su irresponsabilidad ha llevado a este descontrol.

Tirando de hemeroteca, cuando PSOE y Podemos ocupaban la bancada de la oposición, ponían el grito en el cielo por unas subidas de la luz puntuales y que se situaban muy lejos de los porcentajes que estamos sufriendo a lo largo de los últimos meses. Pedro Sánchez, además de rasgarse las vestiduras, prometió entonces bajar el precio de la luz: sin embargo, tres años después, y con él de presidente del Gobierno, está más cara que nunca. Y no solo no ha bajado, sino que se ha doblado su precio.

Ese ‘escudo social’ con el que no iban a dejar ‘a nadie atrás’ se ha desvelado como otra mentira más del Gobierno de coalición socialcomunista. Quienes, por cierto, vinieron para subirle los impuestos a ‘los más ricos’ y, ahora, solo ellos, los ricos, son lo que pueden pagar la factura de la luz. Y, al final, los más perjudicados son los que menos tienen. Justo lo contrario de sus proclamas.

Las economías de los hogares se están viendo muy afectadas, tanto por esta subida, como por el aumento de los precios de la cesta de la compra de hasta un 21%. Porque, encima, este Gobierno ha recibido a los españoles de vuelta de vacaciones con la inflación más alta en nueve años. Además, dos de cada tres empresas y los 100.000 autónomos de la Región están en la cuerda floja por unos incrementos en la factura de la electricidad que continúa alcanzando máximos históricos y que están generando una preocupante pérdida de competitividad de nuestro tejido productivo respecto a los países de nuestro entorno.

Y en medio de este caos, aparece la ministra del ramo, Teresa Ribera, para ofrecer exactamente lo mismo que con el Mar Menor: es decir, absolutamente nada. Señalando, eso sí, culpables por todos lados, y tratando de convencernos de que están buscando soluciones. Pero cuáles, y para cuándo. Porque el efecto de la minirrebaja del IVA y del impuesto a la generación, tan limitada en el tiempo y en el volumen del consumo afectado, está siendo nulo.

El problema es que tenemos a un Gobierno, el de Sánchez, al que le importa más recaudar que rebajar la factura. Hay que tener en cuenta que el 70% del precio de luz son impuestos que dependen únicamente del Gobierno de España, y que el intervencionismo estatal en el mercado energético encarece el precio en más de un 50%.

La solución a la crisis de la luz no ha de pasar por que el panadero no encienda el horno, que el agricultor no cultive o que los hoteles cierren. Desde el PP hemos ofrecido soluciones para que los ciudadanos solo paguen por la energía consumida y que se saque de la factura los costes que no sean energéticos, así como un gran Pacto de Estado donde se determine el precio de la energía.

Apostamos por utilizar los más de 2.000 millones de CO2 para rebajar la factura eléctrica y el precio de la luz hasta en un 20%, en vez de utilizarlos para ingresarlos en la cuenta general, hacer caja y pagar a los 23 ministros y a la enorme cantidad de asesores del Ejecutivo.

Ya no hay excusas: el Gobierno de Sánchez debe actuar de una vez, dejar de echar las culpas a otros y frenar estos incrementos. La Unión Europea lo ha dejado clarísimo: el Gobierno central tiene la capacidad para hacer bajar el precio de la luz y, con ello, también la de aliviar a familias, autónomos y pymes de unos costes energéticos que les están asfixiando.