Una de las grandes lecciones de la pandemia, en todo el mundo, ha sido el renovado valor de lo público. La crisis sanitaria y el desabastecimiento inicial puso de relieve la importancia de recuperar las producciones industriales desplazadas a otros países al albur de la globalización. No solo era importante recuperar la producción de mascarillas o respiradores; también, la de microchips y otros bienes esenciales para sortear los cortes de suministros por una gran crisis mundial.

En los años 90 los Gobiernos del PSOE de Felipe González y del PP de José María Aznar impulsaron la gran privatización del entramado español de empresas estatales. No se entendía qué hacía el Estado en el negocio energético (de Endesa y de Repsol, por ejemplo) cuando, según el pensamiento único de entonces, mejor lo haría la iniciativa privada. En esencia, aquellos razonamientos pueden seguir siendo válidos dentro de las reglas de la economía global. Pero no hay que echar en saco roto las enseñanzas de la pandemia: la importancia de lo público para encarar los grandes retos de la sociedad.

Uno de los grandes retos globales del momento pasa por el cambio climático y la exigencia de descarbonización de la economía. El reciente incremento del precio de la electricidad en el mercado mayorista es reflejo, en parte, de cómo el reto de la descarbonización se está echando sobre las espaldas de los consumidores (españoles, sobre todo), que son quienes acaban asumiendo en sus recibos la especulación por los derechos de CO2 y las incongruencias de un sistema que permite que generadoras de energía que no emiten gases contaminantes -como las hidroeléctricas- también pasen factura por los derechos de emisión de dióxido de carbono.

Y este contexto, y no en otro, puede cobrar sentido el debate sobre la creación de un instrumento público (llámese empresa o regulación) que, a partir de la propiedad pública del agua y de los saltos hidráulicos, recupere cierta capacidad de favorecer los objetivos a medio plazo de descarbonización sin la asfixia de los consumidores a través del recibo de la luz.