Empleo y futuro. Eso es el Trasvase Tajo-Segura. Desde hace 42 años, la infraestructura hidráulica más importante de nuestro país ha llevado a la Región de Murcia por la senda de la prosperidad, dando paso a tierras de regadío de gran valor ecológico y medioambiental, con un gran impacto para nuestra sociedad y para nuestra economía. 42 años de sostenibilidad que nos han llevado a convertirnos en ‘la Huerta de Europa’. 42 años a los que Pedro Sánchez, exclusivamente, junto con los suyos, decide cerrar el grifo. Una decisión tomada de manera unilateral, bajo un criterio estrictamente político, porque no existe otro, ni técnico, ni económico, ni social, ni ambiental. Una modificación sin un solo criterio técnico, salvo la evidente intención de poner fin al trasvase. Nada que no sea el sectarismo de este Gobierno socio-comunista. Y es que no tiene sentido llevar a cabo ahora esa modificación de las reglas de explotación que supone un ataque directo al sector más pujante de nuestra economía, el agroalimentario.

Pero, no contento con ello, el ‘ministerio ideológico’ de Sánchez, en el primer envío con las nuevas reglas, se salta a la torera hasta los criterios técnicos de la Comisión de Explotación que ha recomendado un trasvase de 20 hm3, dejando a nuestros regantes, valga la ironía de la expresión, con el agua al cuello, robándoles 6 hm3 que les pertenecían. Las intenciones del ministerio están claras, ahogar a los agricultores y perpetrar un golpe del que no se puedan recuperar.

En 2013, primó el diálogo y el consenso, para llegar a darle forma a la Ley del Memorándum, un acuerdo entre todas las partes implicadas, que, además, dio seguridad jurídica al Acueducto, para regular los envíos del agua, sin producirse daño ambiental alguno. Ocho años después, el Gobierno de España, el que se hace llamar, paradójicamente, el de la cogobernanza, por cuenta propia, firma la sentencia de muerte del Trasvase Tajo-Segura. El pasado 27 de julio, el ministerio de ‘imposición ideológica y transición al desierto’ ejecutó la primera de cuantas amenazas se ciernen contra el Trasvase Tajo-Segura, dando inicio a su agonía, demostrando, una vez más, que aquí no gobiernan por el bien común de nuestro país y todo al tiempo que cocinan una mentira tras otra para justificar, ante la opinión pública, la destrucción de la mayor obra hidráulica de España.

Si el Ejecutivo nacional tanto se jacta de defender la Agenda 2030, era el escenario perfecto para demostrarlo y garantizar que el Levante pudiera disfrutar de recursos hídricos sin discriminación, porque el compromiso no se demuestra con un pin en la solapa, sino con hechos y con políticas concretas.

El señor Pedro Sánchez, con el cierre del Trasvase Tajo-Segura, condena al Levante de España al paro, al cierre de empresas y a la pérdida de inversiones, además de a una subida indiscriminada del precio del agua, tanto para los agricultores, como para los negocios y los hogares. Así condena a la Huerta más importante de España y de Europa a la ruina y al desierto. Consecuencias que bien poco parecen importarle al presidente de todos los españoles.

Y si fuera poco, lo más preocupante es que no hay unanimidad política para defender esta causa tan importante para nuestra tierra. Una vez más, los diputados autonómicos de la izquierda anteponen los intereses de Sánchez a los de los de la sociedad murciana, quienes los eligieron y a los que representan. Cuando se trata de defender los intereses de la Región de Murcia, miramos a nuestra izquierda y no hay nadie, no encontramos aliados. No han alzado sus voces, ni una sola vez, para intentar frenar los continuos atropellos sufridos contra el Trasvase Tajo-Segura.

Ahora toca decir ‘no’ a las pretensiones de Pedro Sánchez contra el Trasvase. Toca decir ‘basta ya’. Toca defender y velar por los intereses de la Cuenca del Segura y sus territorios. O seguimos generando riqueza gracias al Trasvase o desierto y pobreza sin él.