Hemos oído decir y escribir a muchos veteranos columnistas de los media, al tratar de la Transición, que fue algo beneficioso para la democracia española. Y sí, fue muy importante, y también en el aspecto socioeconómico del país. Pero bastantes periodistas coinciden en que se ha mitificado en demasía ese período.

Creo que es verdad hasta cierto punto lo de la ‘pureza’ de la Transición. Ahora se idealiza todo, pero fue frustrante aceptar eso de que todos cedían: los ganadores de la guerra y los perdedores. No; los que pusieron las reglas del juego ‘transicional’ fueron unos pocos del PSOE oficialista y otros pocos de AP, más algunas excepciones del PCE y muchos de UCD. La mayoría de los ciudadanos aceptaron, a regañadientes o no, ese pacto necesario pero insuficiente, con algunas lagunas históricas aún no subsanadas.

 ¿Que la Transición fue mejor al facilitar el diálogo entre partidos que en la actualidad? ¿Que ese ‘ponerse en lugar del otro, con mucha empatía’ y esfuerzo político era más propio de la Transición, y ahora eso es imposible por la extrema crispación permanente?

Había que hablar con todos, entenderse con Fraga, el entonces ministro Gobernación (Interior), ese de ‘la calle es mía’; o con franquistas que habían ‘peleado’ -y ‘vencido’ y/o asesinado- en la Guerra Civil; enemigos acérrimos de la izquierda. Bien. Dicen que estaban obligados a coexistir, avenirse, con sus adversarios. No fue así. La izquierda-izquierda, puso mucho de su parte, cedió demasiado por ese fin ‘buenista’ e interesado que la derechona no cumplió ni a rajatabla ni a medias. Ellos cedieron cosas, sí, pero nunca hasta atravesar el punto de las líneas o rayas rojas que ellos impusieron. 

Han estado dominando durante muchos años todas las puertas giratorias, todo tipo de poderes extraparlamentarios. Han tenido siempre la llave y la potestad en el Tribunal Supremo, el Constitucional, CGPJ, Tribunal de Cuentas, Consejo de Estado, etc, monarquía y nobleza, herederos del franquismo y un largo etc., privilegios del Ibex y poderes financieros y otras instituciones. 

Y ahora vuelven a las andadas, queriendo dominar el tablero político y socioeconómico del país con conspiraciones aberrantes y bulos descarados, como antaño, ya que no tienen otra forma de llegar al poder.

Ahora toca hablar de la crisis constituyente. Sí, la provocada por el Tribunal Constitucional con la sentencia de la anulación del primer estado de alarma aprobado por el Gobierno. Esa recesión democrática que también ha creado el propio PP bloqueando la renovación de los ya más que caducados miembros del CGPJ y otros órganos constitucionales. Y eso lo hacen juntándose con fuerzas de ultraderecha tanto en el aspecto político como económico e ideológico.

Parece ser que vuelve a marchas forzadas el ´neoliberalismo´, o el neocapitalismo liberal. Y lo hace con el tañer de campanas de la palabra ´Libertad´. Lo oímos en el Congreso, lo vemos en los media, lo sentimos en las redes sociales, lo sufrimos en la economía y en la calle. Y decimos que repican solo con la palabreja ‘libertad’, que no con la esencia y el contenido de Libertad.

Pero si aquí hay algún secuestro del país es el del PP y Vox. Montero, ministra de Igualdad: «Lo más grave es el secuestro del PP de los órganos constitucionales». Ahora, ayudada por la derechona de los media resucita otro «márchese usted, señor Sánchez) y atacan con todas sus armas descaradamente rozando la inconstitucionalidad.

 Esta derecha neoliberal y ultraderecha quieren secuestrar al país para forzar la vuelta al poder de las mayorías absolutas de Aznar y M. Rajoy, para hacer de las suyas. Sin embargo a Sanchez, el PP no le puede tumbar ni con estas ni con otras chapuceras maniobras

Y luego están esos pequeños quijotes y neoliberales de pacotilla (como Luis María Ansón, Jiménez Losantos, JL Cebrián, A. Expósito, PJ Ramírez, Félix de Azúa, la avanzadilla de El Mundo, los Inda, Marhuenda, Abc, La Razón, 13TV, El Toro TV, antes Intereconomía TV) que lanzan bulos entre opiniones a media verdad y escandalosamente engañosas. Lo hacen para ver si cuela alguna y genera más malestar contra el Gobierno PSOE-UP.

Aunque Ayuso se aferra a su poder en Madrid como bastión de la oposición pepera a Sánchez y de ahí el salto por encima de Casado para ser lideresa del PP y por qué no, presidenta en la Moncloa.

Es la consiga que han lanzado contra el Gobierno de Sánchez como último recurso para’cargarselo’: arrojarlo del casoplón de la Moncloa y quitarle su juguete preferido, el avión Falcon900B. La derecha y ultraderecha se han propuesto cortarle el paso al Gobierno de PSOE-Unidas Podemos. Incluso algunas antiguallas o dinosaurios políticos sociatas también andan en estos fregados.

Por ejemplo, leemos: «En el entorno de Pedro Sánchez (¿qué entorno?) aseguran que el propósito final del líder socialista en esta legislatura es plantear una crisis constituyente y presentar a la nación una nueva Constitución que modifique, entre otras cosas, la forma de Estado, estableciendo la República. Pedro Sánchez sería el presidente de esta III República». Y luego, añaden la cantinela de siempre de meter miedo porque vuelve el Frente Popular con ese Gobierno y/o república social-comunista a más no poder.

Esas declaraciones nos parecen, más bien, unas portadas humorísticas de El Jueves o de la antigua La Codorniz, la revista de más ironía político-social en la Transición y dictadura. Pero lo de Ansón y el PP-Vox se queda en humor negro del malo y bastante avinagrado.

No saben Ansón y los voceros de PP-Vox que para eso hay que realizar un referéndum y votar. Luego, sea cual sea el resultado, aceptarlo. Eso lo hacen los demócratas; ellos no sé.