Quién quiere vivir para siempre? Brian May planteaba la gran pregunta en 1986 con esta canción escrita para el álbum de Queen A Kind of Music. A veces el mundo ya no cuenta con nosotros ni nosotros con el mundo. No hay fortaleza capaz de contener fuera de sus muros los estragos del tiempo; vivir entonces se parece a navegar en una pequeña barca batida por la tormenta a punto de hundirse. Llega el momento en que nos damos cuenta del final de nuestra utilidad en el teatro diario de la existencia. Amanece un día grave, en el que nos levantamos conscientes de estar todavía en un mundo para el cual ya no somos necesarios, y del que es indiferente formar o no parte de él. Parece que la época para la cual nacimos se ha marchado antes que nosotros, se ha ido sin avisar y hemos quedado atrás con unos ideales y unas banderas que solo se encuentran en los museos y en los cementerios. Quedamos convertidos en mero rescoldo de una llama, presencia testimonial de un tiempo pasado, de una época pasada, nosotros que tuvimos el mundo en la palma de la mano.

La vida es un tren que no espera a nadie.