"Lamentablemente seguimos siendo el segundo país europeo con un mayor nivel de obsolescencia tecnológica [sanitaria]", Margarita Alfonsel, secretaria general de la patronal española de tecnología sanitaria.

Hemos oído hasta la saciedad que tenemos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. Las largas esperas para las intervenciones quirúrgicas o para ser atendido por un especialista y las dificultades en lo más duro de la pandemia son una prueba empírica de que no es exactamente así. Profesionales bien formados y entregados -de eso sí tenemos- no bastan para tener una buena sanidad. La gestión y el equipamiento tienen también mucha importancia. Así como la digitalización que permita un sistema sanitario integrado en lugar de 17 distintos. Nos queda mucho por hacer en estos apartados. Los fondos europeos pueden favorecer las inversiones necesarias. El criterio y la capacidad de gestión son otra cosa.