Se acabó el crédito de los cien días. Se acabó el ponerse al día. Se acabó el reproche del retrovisor. Se acabó el criticar la herencia recibida después de 26 años de gobierno de los populares. Es hora de pasar a la acción y empezar a plasmar en el papel las promesas realizadas y la idea de municipio que tiene el nuevo gobierno.

Una de las herramientas con que cuentan las Administraciones locales para ejecutar sus políticas son los presupuestos municipales, que deben ser reflejo de las acciones de los gobiernos. Tiene sus complicaciones, sobre todo cuando no se está en mayoría absoluta o cuando la contabilidad se ha vuelto complicada por los agujeros y las deudas económicas.

La capital de la Región no es ajena a esa necesidad de contar con unas cuentas anuales acorde con sus necesidades y soluciones y tampoco está fuera de esa horquilla de municipios en que los gastos superan a los ingresos, más ahora con lo que ha dejado el coronavirus. Sin embargo, es necesario remontar ese estado anímico que da la coyuntura actual y trascender. En definitiva acabar con ese ponerse al día y comenzar a actuar.

En eso parece que está ahora el alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, que ha anunciado en la entrevista a La Opinión publicada ayer, que los Presupuestos estarán listos en unas semanas. Y no parece que sea humo a tenor de la reunión mantenida el viernes pasado con el vicealcalde, líder local de Cs y concejal de Fomento, Mario Gómez, y el portavoz de Podemos en el Ayuntamiento, Gino Ruiz.

Las cuentas de este año son más necesarias que nunca para dar credibilidad al nuevo gobierno que se juega mucho en estos primeros números, que deben indicar si el barco que es el municipio de Murcia va a virar o va a seguir navegando por inercia. También se la juegan los tres partidos que apoyaron la moción de censura, que deben mandar un mensaje a las juntas municipales que siempre reclaman más presupuesto de gestión directa como un derecho que quedó constatado con la sentencia ganada en el Tribunal Supremo por Sucina y que determinó que deben gestionar de manera directa el 8% del presupuesto.

Un fallo al que se sumaron los socialistas cuando eran oposición (incluso condicionaron su apoyo a las cuentas de Ballesta) y que ahora deberán tener mucha mano izquierda para gestionarlo. Y de paso, dar cumplimiento al artículo 40 del Reglamento de Participación Ciudadana, que estipula para gestión de las juntas precisamente esa misma cantidad que aparece en la sentencia ganada por la presidencia de la junta municipal de Sucina, en ese momento presidida por José Mercader.

No deben tener problema ni el PSOE ni Cs con dar cabida en los Presupuestos a esa cantidad habida cuenta de que ambos han apoyado incluso con sus votos en pleno mociones presentadas en ese sentido (el PP votó en contra), que también contaron con los sufragios del resto de partidos de izquierda en el ayuntamiento de Murcia.

Tampoco debería ser un hándicap para su gestión la reforma del Reglamento de Participación Ciudadana, una idea que lleva años encima de la mesa y que parece olvidada. Está claro que en estos dos años del nuevo gobierno local la batalla va a estar en pedanías, donde vive más de la mitad de la población del municipio y donde existen carencias enquistadas durante años. Por nadie pase.