La expresión italiana con la que me presento este sábado ante ustedes es la que hubieran utilizado los transalpinos si la selección española los hubiera eliminado en la semifinal de la Eurocopa, pero como ya saben, fue al revés, por lo que creo que ustedes solitos sabrán cuál es su traducción.

También es la que expresamos muchos con la desaparición de iconos como Franco Battiato o Rafaella Carrá que, fueran más o menos de nuestro estilo, eran referentes musicales para medio mundo. Y es que llega una edad en la que cada vez nos suenan más y hasta nos identificamos con los personajes ilustres y famosos que nos abandonan. ¡Porca miseria!

Porca miseria es lo que habrán pensado muchos empresarios cuando hayan visto cómo los cálculos que habían hecho para esta temporada veraniega los ha echado por tierra el inicio trepidante de la quinta ola del coronavirus, que nos mantiene a todos en vilo, pese a que ya creíamos haber empezado a superar la pandemia.

Porca miseria es que vuelvan a aprobarse restricciones debido nuestra inconsciencia e irresponsabilidad y que tengamos que cruzar los dedos para que los contagios vuelvan a decaer y no nos veamos obligados a suspender más actividades o eventos.

Porca miseria es lo que han pensado en nuestro Ayuntamiento y nuestra Autoridad Portuaria cuando han visto cómo la delegación del Gobierno ha empezado a construir un Centro de Atención Temporal para Extranjeros (CATE) en la playa del Espalmador, que ellos querían convertir en un tramo paradisíaco de la senda que unirá los faros de Navidad y La Curra. Que manda lo que diría Trillo que tras muchas décadas de dejadez y abandono de esta zona de nuestra dársena, de repente es de urgente utilidad para todos. Es como cuando un niño pequeño no quiere un juguete hasta que lo coge el amigo que tiene al lado.

Porca miseria es lo que habrán pensado las empresas cárnicas de nuestra comarca, nuestra Región y de toda España al comprobar cómo a nuestro ministro de Consumo no se le ocurre nada mejor para visibilizar y justificar la supuesta utilidad de su cartera desaconsejándonos a todos la ingesta de carne por el bien de nuestra salud, sin importarle el daño que sus atrevidas, inoportunas, indocumentados y equivocadas afirmaciones gratuitas, tanto al sector agroalimentario como a los consumidores que le crean y eliminen de su dieta un alimento tan necesario e importante como cualquier otro. Convendría que el ministro mostrara la misma moderación que se precisa en el uso y consumo de cualquier producto que nos ofrecen.

Porca miseria es lo pensaremos todos al salir a la calle estos días en los que puede que bajamos récords de calor. Así que más vale que nos preparemos bien para soportar las altas temperaturas y nos afecte a la cabeza, porque vienen días muy calientes y, como no sepamos afrontarlos, todo va a ser una porca miseria.