Convencida de que nada mejor que un buen libro para desarrollar una actividad positiva que contrarreste los sinsabores de esta extraña pandemia, de la que por fin parece que se puede salir, escucho en la radio que se va a conceder el Premio Nacional de Fomento a la Lectura. Recuerdo que esta mención fue otorgada en 2018 a La Botica del Libro de Cartagena, por su labor de promover la lectura como actividad cultural y de integración social desde hace quince años

Entre los muchos libros que podemos elegir, me atrevo a recomendar uno que nos introduce en la historia contada con rigor científico, pero de una forma tan amena que resulta atractiva para todos los públicos, a la vez que nos instruye sobre aspectos poco conocidos que nos ayudan a entender el transcurso de algunos acontecimientos históricos. Me refiero al libro de Pedro Egea Bruno Trayectoria de la Quinta columna en Cartagena, que fue presentado recientemente en el Teatro Romano de la ciudad portuaria.

La obra comienza con unas palabras del director de la Fundación Centro de Estudios Históricos e Investigaciones Locales de la Región de Murcia, Francisco Chacón Jiménez, quien nos invita a la lectura haciéndonos ver que la historia es como un gran puzle y el gran desafío del historiador consiste en establecer las relaciones que permiten unir las piezas. A continuación, el prólogo de Francisco Alía Miranda, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Castilla-La Mancha, resalta la novedad de la temática que se trata, la cual desvela avatares de la Guerra Civil y su transcurso en Cartagena, solo posible tras la consulta detenida de numerosos archivos repartidos por todo el país.

Egea Bruno nos cuenta a través de Arturo Espa Ruiz, sujeto vertebrador del análisis propuesto, cómo fueron desarrollándose situaciones de sabotaje, espionaje y otras estrategias a lo largo del conflicto bélico en la portuaria. Cartagena fue un frente de batalla, que debido a su poder militar y capacidad industrial adquirió gran protagonismo confirmado por las fuentes oficiales, lo que llevó a la población civil a sufrir una serie de bombardeos, anécdotas y desventuras solo ocurrentes en un episodio tan trágico como el de una guerra civil.

La capacidad de los medios para el impulso del hábito lector es grande, y en esta fase que se abre para retornar a algo parecido a lo que conocíamos como normalidad, la lectura puede ser una válvula de escape al desasosiego vivido por confinamientos, toques de queda, miedos e incertidumbres. Así que con mucha prudencia en cuanto a la mascarilla y demás, una propuesta para pasar un placentero rato es leer bajo una sombrilla frente al mar, siendo una opción para retomar este hábito veraniego la lectura de la Trayectoria de la Quinta Columna.