Sinceramente, estoy enamorada de esta tierra. Como cada año al llegar estos días, tal y como debe ser y no sucedió durante el año robado, los planes de escapada flotan en el aire con ilusión. Planeas salir, descubrir, volver a visitar lugares diversos y, mientras lo haces, viajas mentalmente, lo cual tampoco está mal. Una vez localizado ese lugar donde clavar tu cuerpo durante unos días, el resto, como no puede ser de otra forma, decides vivir Región de Murcia. Así está planeado y señalado en mi calendario. Me encuentro cerca de poder afirmar que este va a ser el verano de mi vida. ¡La vida y su noria! Bien, pues una vez elegido el lugar exterior el resto del tiempo no cambio mi tierra por ningún otro punto del mapa. Sol, mar, montaña, nacimientos de ríos que aparecen y desaparecen, atardeceres únicos de única luz, la que reside en nuestro cielo, solo en el nuestro, y la más variada y exquisita, gastronomía del mundo. ¿Cómo cambiar esto por otros destinos? Lo tengo claro. Hay que salir, pero también quedarse aquí.