'Nueva normalidad’ era una contradictio in terminis: si es nueva no es normal. Ahora es otra normalidad la que se va imponiendo en la vida de relación, cuyos dos foros principales eran la calle y el ascensor. El del ascensor es un foro casi extinto, en el que se evita coincidir y apenas se habla. A lo sumo, si van dos, un vecino dice entre dientes y guardándose el aire «¿qué tal?» y el otro responde, cabeceando, «bueno...». Aunque en la calle es distinto, los conocidos no hablan ahora del tiempo, sino de la vacuna: «¿Te han vacunado ya?», «¿cuál te han puesto?» o «¿para cuándo te toca?». El de la vacunación es tema en el que todo el mundo está al día y lo sabe todo, a pesar de ser asunto de gran complejidad que se bifurca sin parar y cada día ofrece novedades de evidente interés (en el sentido de que en ellas puede irnos la vida). La pandemia se ha hecho con los mandos del discurso.