Es evidente que todos apoyamos la energía solar y deseamos que el porcentaje de la energía que consumimos con origen en fuentes renovables sea cada vez mayor. Y además que se haga rápidamente.

Y para ello es verdad que se necesitan proyectos importantes que contribuyan con mucha producción a ese objetivo, como los grandes campos fotovoltaicos. Sin embargo, estas grandes extensiones fotovoltaicas no son ni mucho menos inocuas para el medio ambiente, el paisaje y los usos tradicionales del suelo, y esto hay que tenerlo muy en cuenta. Ocurre que, por su precio, los terrenos adecuados para las empresas que instalan las grandes centrales solares son suelos no urbanizables, habitualmente zonas llanas de monte bajo o cultivos de secano con áreas muy extensas para su trasformación. Al final puede entenderse que estos grandes proyectos fotovoltaicos son instalaciones industriales que, sin embargo, necesitan de un suelo no industrial superficialmente muy extenso, con lo que ello conlleva.

El paisaje es uno de los actores concernidos en estos proyectos. La vocación paisajística de nuestros campos y llanos no siempre es compatible con las centrales solares, máxime cuando las áreas de ubicación tienen una cuenca visual muy amplia o una potente identidad paisajística y cultural que va a ser muy impactada visualmente por el proyecto. En Yecla, su ayuntamiento y las asociaciones ecologistas han dejado clara su oposición por estos motivos para varias de las grandes centrales proyectadas en el municipio.

La Consejería de Fomento ha anunciado que prepara un documento de instrucciones para la integración paisajística de las instalaciones fotovoltaicas en la Región de Murcia. Esperemos que este documento sea una herramienta importante que obligue a los proyectos a tener muy en cuenta el paisaje impactado y el diseño para la mitigación de su impacto visual.

Pero además del paisaje, todo un conjunto de factores ambientales y de usos del suelo tienen que tenerse muy en cuanta a la hora de autorizar estas grandes instalaciones. Por ejemplo, Anse acaba de alertar sobre proyectos de grandes centrales solares en paisajes arbolados de secano y monte bajo del campo oeste de Cartagena. Entre los razonamientos por los que esta asociación pide al ayuntamiento de Cartagena que impulse una moratoria a las licencias para estas intervenciones, está la práctica identidad de los paisajes y las condiciones ecológicas de estas áreas con otras cercanas que goza de protección especial, como los cultivos arbolados de secano que se encuentran en el área Natura 2000 de La Muela y Cabo Tiñoso.

Está claro que no en todos sitios es adecuada la instalación de un gran campo fotovoltaico, y también está claro que en su diseño o en su línea de evacuación deben de tenerse muy en cuenta los impactos de diversa índole que se van a producir sobre el territorio. Hagámoslo bien, porque en caso contrario un objetivo que no es malo se contaminará de malas prácticas e impactos inasumibles.