Quizás no nos estemos dando cuenta de que, junto con el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, el problema ambiental más trascedente con que nos enfrentamos en la actualidad es la desaparición de los insectos polinizadores.

En los agrosistemas murcianos, al mismo tiempo que en los del resto del planeta, no solamente interaccionan las plantas con los grandes animales y las personas, sino que además existen unos elementos menos visibles que son fundamentales para la estabilidad y el funcionamiento de los cultivos. Estos organismos son los llamados ‘organismos auxiliares’, que desarrollan papeles importantísimos en el desarrollo de la agricultura, como son la polinización, el control biológico de plagas y la degradación de la materia orgánica del suelo.

Entre ellos, los polinizadores son sin duda organismos sumamente importantes para el desarrollo y evolución de la agricultura, y por tanto para la producción de alimentos. Y al mismo tiempo que estos insectos polinizan y promueven el desarrollo y la reproducción de las especies vegetales, promueven la diversidad biológica. 

 Por eso el declive mundial en las poblaciones de insectos polinizadores por determinadas razones, como el abuso de pesticidas, los cambios en el uso del suelo, la llegada de nuevas enfermedades y también por las mutaciones por las condiciones medioambientales, es un tema de principal importancia.

Los insectos polinizadores son claves para nuestra propia supervivencia, sencillamente porque lo que comemos depende en buena parte de que existan en la naturaleza estos bichos. Los especialistas que han estudiado estas cosas creen que más del 30% de la producción mundial de alimentos depende de la polinización que los insectos hacen de las flores en los cultivos, y hay estudios que cifran en unos 22.000 millones de euros anuales la aportación económica que reporta esta polinización sólo en el continente europeo. Y, sin embargo, cada vez son mayores los indicios de que abejas y otros insectos polinizadores se encuentran en una situación de verdadero declive.

Afortunadamente los ámbitos científicos, agrarios y conservacionistas, como ANSE en nuestra región, están empezando a lanzar señales de alarma y a promover proyectos para mostrar cómo se pueden conservar y promover las poblaciones de insectos polinizadores. La preocupación por este tipo de organismos está aumentando, y se está comenzando a comprender la necesidad de una buena gestión y manejo para su protección. Sin los polinizadores, el mantenimiento de nuestro sistema agroalimentario es insostenible y está abocado al fracaso. 

Pero las diversas medidas y propuestas que recientemente están apareciendo para la mejora de las condiciones de los insectos polinizadores aún son insuficientes para el correcto manejo de este importantísimo grupo animal. El principal objetivo debe ser el conocimiento por parte de toda la población de la situación actual, de su rol perjudicial para estos organismos y de las maniobras que se pueden llevar a cabo en consonancia. A su vez, el cambio en el sistema agrario actual hacia enfoques de mayor respeto por la fauna asociada es una necesidad cada vez más perentoria.