El paparajote, término admitido por la RAE, da nombre a un típico postre de nuestra huerta murciana hecho con las hojas del limonero recubiertas de una masa a base de harina y huevo frita sobre la que se espolvorea azúcar en polvo y canela.

Pero, a más de un postre, el término paparajote tiene otro significado aceptado en el uso del vocabulario murciano para describir un vaido, ictus o isquemia cerebral, ‘mal viento’ decimos en el Campo de Cartagena.

No cabe ninguna duda de que la situación política en nuestra región sufre un paparajote institucional, un tinglado descomunal que afecta a lo más venerable, hasta ahora, de nuestra democracia, la Asamblea Regional. Pero hoy no voy a opinar sobre los consabidos dislates políticos que se han sucedido porque, de una parte, estoy convencido de que el ciudadano está harto de esa bazofia y, de otra, porque a ese circo le quedan aún muchas sesiones espectaculares.

En medio de ese panorama la Region de Murcia, una vez más, sufre el ataque de un Gobierno socialista al Trasvase Tajo-Segura.

Pretende recortar los envíos de agua que legalmente nos corresponden. Ante esa situación nuestro Gobierno autonómico multicolor, que a fuerza de repetírselo ya debiera conocer que estamos ante un asunto de Estado, de la competencia de las Cortes Generales, se ha movilizado, como corresponde, pero sin un esquema serio, aunque habrá que admitir que no le viene mal del todo distraer la atención de los murcianos con este viejo problema hídrico para encubrir el pifostio democrático regional y, una vez más, sugiere movilizar a pedanías, municipios y Comunidades autónomas; a todos, menos al Congreso de los Diputados competente.

Empezó reuniendo en El Mirador, tierra de ejemplares agricultores, a lo más nutrido de la representación agraria, a escasos metros de la Rambla de Cobatillas, como si estuvieran en la Carrera de San Jerónimo o presenciando el caudal del Ebro.

A continuación anuncian presentar en los 45 municipios de nuestra Región mociones en defensa del Trasvase, craso error, pues además de que la mayoría están gobernados por el PSOE, incluidos Murcia, Cartagena y Lorca, ninguna competencia ostentan en la materia que nos ocupa.

¡Por favor! dejen tranquilos a los 769 concejales que representan esos municipios que ya tienen suficiente con atender, desde el gobierno o la oposición, los servicios sobre los que sí tienen competencias, como para sumirlos en unos debates estériles, inútiles, aunque por sentidos muy duros, con sus correspondientes palmeros locales en el salón de plenos municipal.

Por último, el presidente del Gobierno se elevó un peldaño institucional más.

Instó a los presidentes autonómicos de Andalucía y Valencia, Moreno Bonilla y Ximo Puig, a la suscripción de un documento en defensa del Trasvase. Lógicamente, el valenciano no se unió «por motivos de agend». Y es que la ‘agenda’ se la confecciona en Madrid Pedro Sánchez y en la Comunidad Valenciana quienes los mantienen en el poder, los 17 diputados de Compromis y los 8 de Unidas Podemos, acérrimos antitrasvasistas. Esto servirá a nuestro presidente para criticar al valenciano, pero para nada más; no soluciona el asunto, pero la patraña continúa.

El presidente debiera ahorrar estas milongas e ir al grano. Y si de fotos se trata reúnase en la Carrera de San Jerónimo, en Madrid, Puerta de los Leones, con Pablo Casado, a ser posible con Santiago Abascal, con sus 88 y 52 diputados, respectivamente. No se olvide de invitar al presidente del PP de Castilla-La Mancha, don Francisco Nuñez, quien el 9 de diciembre de 2020 suscribió un documento con el presidente del Gobierno de esa Comunidad, señor García Page, «proponiendo acotar los trasvases», ni al presidente del PP de Aragón, don Luis María Beamonte, que opina lo mismo.

Ese sí sería un documento gráfico ejemplar para fijar una posición política.

Un documento valiente, como les gusta decir, pero sobre todo una acción eficaz, si no para corregir la inestabilidad manifiesta de su actual Gobierno y la presente amenaza a la mayor obra de Estado proyectada con la Repúublica, ejecutada durante la Dictadura y puesta en marcha con la Democracia, si para que España conozca que todavía quedan hombres y mujeres en nuestro Parlamento capaces de defender la unidad de España y el principio de solidaridad constitucional a través de la vertebracion hidrica nacional.

No olvide llevar paparajotes para todos, de los del postre, porque de los institucionales deben estar, como todos los murcianos, empachados.