Que el Trasvase Tajo-Segura crea riqueza en la Región de Murcia es tan evidente como que esta no se reparte de manera justa, a tenor de los miseros salarios de los/as trabajadores/as del campo y las condiciones laborales de explotación que vamos conociendo por las inspecciones de Trabajo. El lobby (como lo llamó la exconsejera de Agricultura Martínez Cachá) de la agroindustria intensiva exportadora es el beneficiario y el que determina las políticas que impulsan los gobiernos regionales del PP, incluidas las relativas a la irracional defensa del Trasvase Tajo-Segura.

No obstante, y aunque López Miras se empeñe en ocultarlos, existen factores que, por más que se ignoren, van a seguir determinando la viabilidad del acueducto a corto y medio plazo.

Uno es la disminución de las aportaciones hidrológicas en la cabecera del Tajo, cada vez más evidente por los efectos del cambio climático. El informe técnico del Cedex sobre la propuesta de actualización de la Regla de Explotación del Trasvase sitúa el aporte medio en el periodo 1980-2019 en 741 hm3 anuales, frente a los 1.471 hm3 del periodo 1959-1980 (CHT).

En segundo lugar, el incremento de las necesidades de la cuenca cedente: regadíos propios, exigencias de las compañías eléctricas, etc., además del abastecimiento de Madrid. Todo ello demanda, cada vez más, la disponibilidad de mayores volúmenes de agua.

Finalmente, la adaptación de la planificación hidrológica a las exigencias de la Directiva Marco del Agua, que establece la obligatoriedad de fijar caudales ambientales suficientes para el mantenimiento del buen estado ecológico de las masas de agua; cuestión exigida, en el caso del Tajo, por diversas sentencias del Tribunal Supremo.

Todas estas circunstancias han determinado la necesidad de incrementar el nivel de las reservas de agua embalsada no trasvasable en Entrepeñas-Buendía. Así lo hizo el Gobierno de Rajoy en 2014, modificando las reglas de explotación del acueducto con la elevación del umbral de reservas no trasvasables de 240 a 400 hm3 y con el incremento medio de 122 hm3 de los límites mensuales que determinan el nivel 3 de excepcionalidad hídrica.

Por todo ello, mejor sería apostar por un discurso diferente, alejado del cínico argumentario del PP, que ahora critica lo que ellos hicieron antes, centrándolo en la necesaria transición hacia otros recursos hídricos y su utilización sostenible, así como en la ineludible reconversión del modelo agrointensivo, en lugar de enrocarnos en discursos inútiles y cortoplacistas.