No han tardado ni un mes. Ni siquiera le han dado los cien días de cortesía como tregua para ver cómo van funcionando las cosas. Solo un puñado de días de solaz. Y antes de que acaben las Fiestas de Primavera, el primer feo de la Comunidad autónoma y de su presidente, Fernando López Miras, hacia el nuevo Gobierno local de Murcia, encabezado por el socialista José Antonio Serrano.

Debe estar muy escocido el PP regional y su presidente con los socialistas, lógicamente, pero las diferencias políticas hay que ponerlas de un lado cuando se trata de acciones institucionales y de administración encaminadas a lograr un objetivo común. En este caso, el de promocionar la Región en general y la capital en particular a través de la gastronomía.

Sin embargo, la miopía es tal del Gobierno regional que lo único que ha logrado con el evento realizado el viernes para presentar el proyecto ‘Región de Murcia, capital española de la gastronomía 2021’ es poner de manifiesto un ninguneo injustificado con un alcalde y un equipo que se estrena en el cargo y que no tiene aún ningún pasado de enfrentamiento ni de desavenencias con el ejecutivo de López Miras.

La polémica ha sido lo más destacado de ese evento.Entre otras cosas, porque detrás de la rimbombante nomenclatura no hay acciones concretas ni calendario establecido más allá de las ferias internacionales y nacionales de turismo y gastronomía que se realizan y de la promoción de productos de la Región sin especificar cuáles son las actividades que se van a llevar a cabo. Eso sí, la presentación del proyecto le sirvió a Miras para sacar pecho de las ayudas que ha dado a la hostelería y para promocionar a su nuevo aprendiz, el consejero y exalcalde de Yecla, Marcos Ortuño.

Serrano fue invitado a este evento en tiempo de descuento prácticamente. El que sí acudió fue el concejal de Turismo, el naranja Pedro García Rex, que fue avisado del evento con un mensaje de ‘wasap’ y sin conocer el contenido de la programación. Cs ya conoce de primera mano los desplantes del PP que aceptó el proyecto de capital nacional de la gastronomía pese a que los técnicos de Almería (la anterior capital gastronómica) y personas del sector habían advertido al Ayuntamiento cuando los populares estaban en el Gobierno local que la inversión que se hace para sacar adelante la capitalidad no supone un retorno posterior para la hostelería y el turismo. Es decir, que fue un fiasco.

Además, los populares de la Glorieta intentaron meter a la concejalía de Cultura en este asunto, pero que el coste lo asumiera el departamento municipal de Turismo, un planteamiento que supuso un nuevo enfrentamiento entre las dos facciones del Gobierno de coalición. 

Sea como sea el proyecto de López Miras de convertir la Región en capital gastronómica está abocado al fracaso si no cuenta con Murcia y con el nuevo gobierno salido de la moción de censura, ya que no se puede ningunear al municipio con mayor potencial turístico que tiene el 40% de las plazas hoteleras y casi el 40% de los visitantes que se desplazan a la Región. Obviar a la capital de la Región por estar ahora regida por un gobierno salido de una moción de censura es un grave error que tendrá consecuencias «en la mejor tierra del mundo». 

Por nadie pase.