Hace pocas fechas, el 31 de marzo, conmemorábamos el 42º aniversario del primer envío del río Tajo a la cuenca del Segura, con el que se inauguraba, en los inicios de nuestra democracia, el Trasvase Tajo-Segura. Una ingente obra de infraestructura hidráulica, que, a lo largo de sus 42 años de vida, y de la mano de nuestros regantes y agricultores, lleva generando riqueza, prosperidad, desarrollo y empleo, no solo a la Región de Murcia, Almería y Alicante, sino a toda España. Un auténtico nexo de unión entre regiones que contribuye a la vertebración de España como nación, pero que, sintomáticamente, tan solo se ha visto cuestionada y amenazada cada vez que ha gobernado el PSOE. Cabe recordar aquellos sucesivos ‘trasvases cero’ de Zapatero, que situaron pendiente de un hilo a un Tajo-Segura al que, afortunadamente, la Ley del Memorándum, producto del acuerdo y el consenso propiciado por el Gobierno de Mariano Rajoy, dotó de la estabilidad que necesitaba. Hasta que Pedro Sánchez, en un mitin en Albacete, prometió cerrar el Trasvase, una amenaza que, por desgracia, está empeñado en hacer realidad desde que llegó a la presidencia del Gobierno.

Ahora, justamente cuando se cumplen 42 años de vigencia del Trasvase, el Gobierno de Sánchez y el PSOE, tras sucesivos recortes y ‘tijeretazos’ basados en argumentos demagógicos y en criminalizar de manera miserable a nuestro sector agrícola, dan el primer paso en firme para decretar su cierre a espaldas del Levante español. Porque con la modificación de sus reglas de explotación por la puerta de atrás, se firma la partida de defunción del Acueducto, siguiendo la hoja de ruta socialista marcada por Pedro Sánchez, y sin importar el perjuicio que con esta decisión unilateral se hace a nuestros agricultores y regantes. Este Gobierno de coalición entre socialistas y comunistas demuestra una vez más que poco o nada le importaría destruir el mejor y más importante acuerdo político en materia hídrica de la historia reciente de España.

Por desgracia, y tras la postura del Consejo Nacional del Agua, queda claro que el único objetivo marcado por la ministra Ribera es el de hacer daño a la Región de Murcia y a un sector productivo esencial para nuestra economía como es la agricultura. Esta decisión, absolutamente injustificada, supone reducir los envíos de agua en un 39% para regadío, además de una subida del 22% en los costes del agua y, además, con ello se rompe el acuerdo político más importante en materia hídrica, la Ley del Memorándum.

Estamos ante un nuevo acto de castigo y desprecio hacia la Región de Murcia del Gobierno socialista, que además ha hecho caso omiso a los acuerdos de la Asamblea Regional que le instaban a no restringir los derechos consolidados adquiridos por regantes y agricultores en cuanto al envío de agua. Y mientras el Ejecutivo de Sánchez se ríe del Parlamento autonómico y falta el respeto a los murcianos, Diego Conesa, pese a mostrarse últimamente tan hablador y hasta lenguaraz, calla sumisa y vergonzosamente.

Cabría esperar del PSRM-PSOE que, siquiera por una vez, se pusiera del lado de la Región de Murcia y exigiera a Sánchez que cumpla los acuerdos del Parlamento murciano y no modifique las reglas del juego vigentes. Es hora de que Diego Conesa salga de su escondite, dé la cara en defensa de los agricultores y regentes, se posicione en contra de este atentado que afecta a tres millones de españoles y se aleje de la teoría de que la desalación debe ser el fin, ya que ha de ser un complemento de la cuenca deficitaria, que es ejemplar en el uso del agua y su máximo aprovechamiento. Son ya siete los ataques consumados del Gobierno socialista al Trasvase Tajo-Segura, que cuentan con la más rotunda oposición del Gobierno de López Miras, de nuestros regantes y agricultores y, en general, de la sociedad civil murciana, como han puesto recientemente de manifiesto.

Está cada vez más claro que el PSOE, al igual que hizo con el trasvase del Ebro, quiere terminar con el del Tajo, porque sigue dando pasos hacia su cierre definitivo bajo el consentimiento de Diego Conesa, que sigue sin pronunciarse contra este ataque sin precedentes. Sea como fuere, confiamos en que el PSOE y las demás fuerzas políticas con representación en la Asamblea tengan la suficiente altura de miras y se posicionen junto al Gobierno de López Miras en contra de estos ataques, que de ninguna manera hemos de permitir.

Por nuestra parte, desde el Partido Popular de la Región de Murcia, no vamos a permanecer impasibles y, bajo el liderazgo del presidente Fernando López Miras, seguiremos defendiendo con uñas y dientes, y codo con codo con nuestros regantes y agricultores, la infraestructura hidrológica más importante de España.

No vamos a renunciar a un Trasvase que es ejemplo de convivencia, impulsor de progreso y desarrollo, y que lleva 42 años generando trabajo, prosperidad y futuro al Levante y a toda España.