Se da por hecho que en breve se materializará la indigna venta de la consejería de Educación y Cultura a Vox por parte de López Miras, quien ha accedido a tal despropósito a cambio de mantener el sillón de San Esteban y asegurarse la candidatura en las próximas elecciones autonómicas. Esto no es retórica ni exageración, es tal cual, lo que da una idea clara de a lo que está dispuesto el presidente para seguir siéndolo y a lo que está dispuesto el PP para mantener sus privilegios y los de su red clientelar.

Con esta operación, López Miras pone en manos de la ultraderecha el segundo presupuesto más alto de todas las consejerías del gobierno regional, nada menos que 1.318 millones en 2020 y casi el 28% del total del gasto no financiero. Este es el precio que cuesta su candidatura, sin descartar que al final haga un quiebro, si le dejan el más mínimo margen, y adelante las elecciones una vez asegurada dicha candidatura, quedando tránsfugas y redentores de la patria con un palmo de narices mientras él esboza una sonrisa y repite aquello de «Roma no paga traidores».

Vista a medio plazo la situación no es más halagüeña si finalmente, como predicen las encuestas y a pesar de su división interna, el bloque de la derecha vuelve a configurar un Gobierno de coalición esta vez PP-Vox. Una vez tomada la medida a la consejería de Educación, ésta probablemente siga siendo un ámbito codiciado y exigido por la formación ultraderechista en una futura negociación.

Pero, ¿cuál es el plan de Vox para la Educación en la Región de Murcia? Vox no tiene un programa electoral educativo específico para la Región de Murcia que pueda considerarse como tal. Sus propuestas en el ámbito de la Educación se reducen a la privatización del sistema educativo mediante la implantación del cheque escolar, y al control ideológico y la censura a la libertad de cátedra a través del Pin Parental y la «introducción del adoctrinamiento ideológico o la transmisión de valores políticos al alumnado por parte del personal docente funcionario como falta disciplinaria muy grave».

En su mediocridad y falta de perspectiva López Miras es un rehén de la extrema derecha fagocitado ideológicamente. La lucha ya es contra el fascismo, Madrid es la primera batalla, pero Murcia podría ser la segunda. Vayamos tomando nota.