El logro de la primera fase del soterramiento de las vías en Murcia supone la superación de la llaga que el tendido ferroviario ha significado en la ciudad, que ha funcionado como una frontera casi infranqueable de su crecimiento hacia el Sur y ha forzado a que éste se haya producido hacia el Norte, casi hasta el límite de término municipal junto a Molina de Segura.

Lo planteamos en 1987 a un alcalde socialista, José Méndez, ante el proyecto de construcción de una nueva estación que mantenía y consolidaba el tendido ferroviario en superficie. La historia es de sobra conocida y mi referencia trata sólo de recordar que han tenido que pasar 33 años para que empecemos a ver la solución.

Estamos a punto de superar la primera fase de un soterramiento que hemos conseguido a trompicones. Hemos pasado de 570 metros que eliminaban escuetamente el paso a nivel de Santiago el Mayor, tal como fue adjudicado a Aldesa en 2017, con llegada en superficie a la estación, tratando de esquivar el convenio de 2006 que ordenaba 7800 metros de soterramiento, y que con los consiguientes modificados y complementarios llegamos a los 1.113 metros para la primera fase que ahora concluye.

Y esto ocurre inmersos en una trama de actos de iniciativa institucional, como Conexión Sur, o privada como el evento organizado por La Opinión el martes, día 2. Es de agradecer la puesta en marcha de foros y encuentros de colaboración de la sociedad civil con las Administraciones y hago un acto de fe de que no sean sólo actos estéticos de los que puedan hacer gala los administradores públicos, sino de apertura real y con posibilidad cierta de que los administrados no sólo puedan hacerse oír, sino que puedan decidir en cuestiones tan importantes como las que Murcia tiene sobre el tapete y que les afectan directamente.

Murcia se encuentra en una situación similar a la que se encontraron otras ciudades con infraestructuras superadas, como Bilbao o Madrid, a cuyos protagonistas tuvimos el placer de escuchar hace unos meses en el Cuartel de Artillería. El soterramiento de las vías es un hito histórico que Murcia no puede desaprovechar mirándose en el espejo de Bilbao con su Ría, o Madrid en el Distrito Arganzuela, con el soterramiento de del pasillo ferroviario de Arganzuela-Delicias.

Murcia no volverá a tener otra oportunidad y no puede no saber aprovecharla. Ibon Arezo, el renovador de Bilbao y su ría nos lo dijo muy claramente. No se puede sustituir el espacio de las antiguas vías del tren por nuevos viales para el coche, tal como aparecen en el Estudio MC10 Estación del Carmen del que planteó claramente su modificación, porque el coche es insaciable y pronto saturará esos nuevos espacios que le damos. Hay que apostar por la peatonalización y priorizando el transporte público.

Ibon Arezo, Enrique Bardají, José Mª Ezquilaga, Francisco Burgos coincidieron en que la propuesta de Conexión Sur no elimina barreras. Y los nuevos viales para circulación de coches promueven una necesidad inexistente. Sobran carriles para el coche y faltan elementos de cohesión entre los barrios. El ferrocarril creó una brecha que desunió barrios; el elemento que lo supla ha de ser de unión y encuentro entre los barrios que el tren separó y este elemento no puede ser otro que un bulevar peatonal, estilo Paseo Alfonso X de Murcia, que sea lugar de encuentro y llamada de los barrios del norte y del sur, con elementos de convivencia saludable, de asueto, deporte o culturales, en definitiva esa ciudad amable que no tenemos.

Un nuevo urbanismo se está abriendo paso. Con concreciones como la ‘supermanzana’ que en Barcelona está promoviendo Ada Colau, o la Ciudad de los Quince Minutos, de Carlos Moreno, que hace unas semanas intervino en Cartagena Piensa, asesor de la alcaldesa París, Ana Hidalgo, y que hemos comprobado que comparte también el equipo rector del Colegio de Arquitectos o el Forum Internacional del Transporte que taxativamente recomienda: «La ciudad sostenible tendrá menos espacio para coches y más para peatones».

En esta línea, en el nuevo espacio que se libera tras el soterramiento, los únicos viales que deben promoverse en opinión de los vecinos son los que faciliten desplazamientos norte sur. Y en este sentido el eje vertebrador principal es la antigua carrtera de Algezares, la actual Torre de Romo/Pío XII que está a punto de restituirse, y sin barreras, tras dos años de corte por las obras del soterramiento. El proyecto de nueva estación contemplaba otros dos viales en el mismo sentido N/S, Paseo de Corvera/Miguel A. Blanco y otro vial de nueva creación a la altura de la Comisaría de Policía junto a la Estación, hacia las antiguas cocheras de Latbus, en dirección a Ronda Sur a través de la avenida General Ortín, atravesando el ámbito de las antiguas Calderas del Gas (precisamente por la misma salida que utilizaban los trenes de carbón coque, la materia prima para fabricar el antiguo gas lebón). Esos tres viales cumplen una doble función: acceso a la Nueva Estación desde Ronda Sur y permeabilidad N/S que no teníamos.

Ahora se propone una cuarta comunicación por la calle Saura Pacheco desde el Infante Don Juan Manuel. Le damos la bienvenida en cuanto que el Infante ofrece una serie de servicios que podríamos considerar dentro de la ‘supermanzana’ o la ‘ciudad de los quince minutos’, de los que son usuarios los vecinos del sur, tales como centros de enseñanza, Centro de Salud y Urgencias, Pabellón Deportivo y Piscina Municipal. Bienvenida sea esta nueva comunicación pero sin el cariz de gran vial de circulación, como una calle normal del casco urbano, y sin rotondas, que impidan la ciudad amable que necesitamos o el bulevar prometido desde 2009 por Miguel Ángel Cámara y Berberena, en presencia de Sánchez Blanco, de Murcia Alta Velocidad, que ha de ser la nueva gran infraestructura que le dé una dimensión humana, amable, cordial y de encuentro que no tenemos. Estos deben ser los únicos viales que se promuevan porque son los que facilitan una comunicación que hasta este momento las vías han impedido.

Desde el ámbito superior de la ciudad, habrá que mejorar los actuales accesos desde El Rollo, Torre de Romo y el que supone el eje Almela Costa-Pedro Flores desde Ronda Sur, en la rotonda de MediaMarkt.

Por otra parte, el nuevo sector urbano que el Ayuntamiento trata de ordenar, en uso de sus competencias, tiene una carencia de servicios y de infraestructuras de todo tipo (educativas, culturales, deportivas, etc) que han de ser cubiertas, tras negociación con las asociaciones de vecinos, que son las que representan más genuinamente los intereses de los ciudadanos. En este ámbito, la Nueva Estación, por su carácter intermodal ofrece unas condiciones únicas en la ciudad para acoger servicios ‘supraciudadanos’, permítaseme la expresión, cuyo acceso venga ligado a los transportes públicos con que va a contar la nueva estación intermodal. Por ello reitero lo pedido por otras voces: este es el lugar idóneo para la ubicación de un centro como la ESAD, Escuela Superior de Arte Dramático y Danza, que necesita salir de su emplazamiento actual en el antiguo Seminario Mayor, junto al Obispado, por su mal estado de conservación. Este es su emplazamiento toda vez que se dispone de solares para ello en el entorno próximo a la nueva estación intermodal en donde habrán de confluir todos los transportes de viajeros de la ciudad de Murcia (tren, bus, tranvía, taxi…), y toda vez que nuestro Ayuntamiento ha cedido a la petición vecinal de no ocupar estos solares con un aparcamiento disuasorio que consideramos improcedente. De lo que quiero dejar constancia de agradecimiento público y explícito al alcalde Ballesta.

El AVE interfirió una demanda ciudadana anterior, la del Soterramiento, y ha sido una de las razones de su retraso por decisión expresa en su momento de Ramon Luis Valcárcel en sus primeros años de presidente regional.

No estamos contra el AVE, nunca nos hemos opuesto a su llegada a Murcia. Pero esta llegada debía ser soterrada, como finalmente se va a producir aunque ello haya supuesto el retraso en unos meses, pues tan sólo hace unas semanas ha llegado a Orihuela, pero superando el peligro de partición de la ciudad que otras ciudades no supieron evitar, como Valladolid.

Bienvenido sea el AVE y ojalá cubra todas las expectativas que algunos han creado, pero que el AVE venga por Alicante es una mala jugada para Murcia, por razones obvias: alarga innecesariamente su trayecto en un 25%, más de cien kilómetros de exceso de recorrido. Y sobre todo abandona la línea histórica Cartagena-Murcia-Cieza-Hellín-Albacete y las posibilidades de modernización del ferrocarril que habría supuesto esta elección para el AVE a Murcia y así continúa sin electrificar, sin desdoblar, sin vertebrar la región, ahondando la desunión con nuestra hermana Albacete.

Murcia debe recuperar esta vía no por tradición sino porque es la más conveniente para la Región. Queda meridianamente claro que aquí nos han traído otra cosa, unas vías del corredor mediterráneo por las que va a circular un tren de altas prestaciones desde Alicante.

El AVE llega, pero el soterramiento acordado en 2006 sigue inconcluso y pendiente de romper un desencuentro entre Adif y Ayuntamiento-Junta de Hacendado, con una propuesta indiscutible de reposición de servicios por parte de Fomento-Adif, pero que no parece del agrado del Ayuntamiento. Pedimos el despeje de estas dudas para que Barriomar no se vea excluido del soterramiento que ha de resolver el tributo secular al paso del tren por delante de sus casas. Y tras Barriomar, Nonduermas, porque esta demanda social no ha terminado, continúa, que nadie lo dude.

Nosostros seguimos.