Lean y flipen. José Ramón Díez de Revenga, consejero de Fomento del Gobierno regional, ha escrito esto, o así aparece en su cuenta de Twitter: «Es destacable la perseverancia de los vecinos para que se hiciera esta obra[ la del soterramiento del Ave a su paso por el municipio de Murcia], cuyo testigo fue cogido por el Gobierno regional y trasladado al central hasta arrancarles el inicio de obras en 2015. Primero de 500 metros, y después de 1.113, que culminan ahora».

Una expresión tan rotunda de cinismo es muy difícil de tragar, pues no estamos hablando de lo que pudo ocurrir en tiempos de Isabel II, sino hace cuatro minutos. Tenemos memoria. No digo memoria histórica, sino contemporánea, actual, hemeroteca recuperable al instante y tuiterismo constatable. Este consejero que ahora dice que basa su reivindicación del soterramiento ante el Gobierno central por la ‘perseverancia’ del movimiento ciudadano de la zona Sur de la capital, jamás, hasta ayer mismo, se ha mostrado a favor del soterramiento y toda su dedicación, en modo activista, ha consistido en tratar de desacreditar a la Plataforma Prosoterramiento, estigmatizándola ideológicamente. Nunca nadie ha insultado a los vecinos de la zona de Sur de Murcia con tanta perseverancia (ahora sí vale el palabro) como este consejero de Fomento. 

En la Comunidad autónoma han llegado hasta a gastar dinero en estudios para querer demostrar los perjuicios que para el desarrollo económico de la Región de Murcia suponía la apuesta del soterramiento contra la llegada del Ave en superficie y el retraso que esa obra, más compleja y costosa, suponía. Han llegado a decir: estamos perdiendo X millones de euros porque el Gobierno socialista no quiere que el Ave llegue a Murcia. A esa tesis se han apuntado importantes organizaciones que prefiero no mencionar, pero están en la memoria de todos, y desde luego el consejero Revenga.  

Hace unas semanas, el Gobierno regional excusó su presencia en el acto oficial de la llegada de la alta velocidad a Orihuela, renunciando a compartir medalla con el Gobierno central en una más de las gestualidades del nacionalismo pepero murciano, equivalente al de Torra en sus dominios. Mucha banderita rojigualda, pero poco compromiso con el Estado, incluso cuando sus inversiones benefician a la Región. 

620 millones de euros es una cantidad insólita en la historia democrática de Murcia para un solo proyecto. Un proyecto para el siglo XXI, que supone no traer un tren (Ave Ya, lema del Gobierno regional) de cualquier manera, sino traerlo en las condiciones que la ciudad de Murcia mejor puede aprovechar, a pesar de que su trazado, a causa de la gestión de otro Gobierno del PP anterior al actual, resulte un rodeo inconcebible. Y esto lo ha entendido desde el principio hasta el propio alcalde de la capital, José Ballesta (PP), incluso a pesar de que fue víctima de escraches (la única actitud reprochable en su momento de la Plataforma, porque nadie es perfecto), al constatar que el soterramiento de las vías del tren facilitaba un proyecto de reforma urbanística de la ciudad como jamás ha existido.

Podría decirse que la oportunidad que permite el soterramiento transformará Murcia en pocos años como nunca ha sido posible en décadas. Voy más allá: el soterramiento del Ave traerá más beneficios a Murcia que el propio Ave. Va a ser posible crear un espacio urbano novedoso y magnífico, libre de la chatarrería de las vías en superficie, que revitalizará la zona Sur, promoverá espacios de ocio, naturaleza, cultura y consumo y revalorizará las viviendas. Claro que sí. 

Ahora que el Ave está a las puertas y que queda constatado que los grandes proyectos no son flor de un día, una foto de López Miras en las estación del Carmen con el tren en superfice contra el movimiento ciudadano, el Gobierno regional (véase el cambio de estrategia tuitera del consejero de Fomento) pretende amigarse con la Plataforma. ¿Y esto por qué? Porque ahora pretenden utilizar a la Plataforma contra el PSOE. Quieren hacer creer que la voluntad política de los socialistas, contra viento y marea, es irrelevante, y prefieren adjudicar el mérito del Ave soterrado a la lucha vecinal a la que combatieron política y policialmente para obviar que el PSOE supo leer lo que los vecinos demandaban y que, además, la Región de Murcia tuvo la suerte de contar en un puesto básico de la Administración nacional con un secretario de Estado, Pedro Saura, que ha tenido la influencia y la solvencia necesarias para aguantar el tipo y resolver finalmente una cuestión que será histórica, a pesar del Gobierno regional. Murcia se transformará gracias a los que no gobiernan en la Región de Murcia, y el PP se salva solo porque tiene un alcalde cuya perspectiva política es de mayor alcance que la del líder de su partido. 

Los responsables de la Plataforma, héroes ciudadanos que han sido acusados de querer impedir el desarrollo de la Región por el egoísmo de defender sus barrios, pero a los que un día habrá que dedicar el homenaje que merecen, no han tardado en desahacerse del abrazo del oso del consejero de Fomento, pues han venido sufriendo en sus carnes el desdén y el desprecio de la Administración que debería haber defendido sus intereses y, con ellos, los de todos los ciudadanos de esta Comunidad desgobernada. Modestamente, me siento ligado a ellos, porque en mis análisis razonados con los que he venido defendiendo su lucha, he sido víctima, y este periódico, de presiones desde el Gobierno regional inconcebibles en un sistema democrático, que como es natural no han tenido consecuencias. Pero esos roces los llevamos en el cuerpo.

Lo grave en estos momentos es que el Gobierno regional, a través de su tuitero mayor, el consejero de Fomento, intente ocultar su falta de previsión al halagar tardíamente a la Plataforma a la que antes denostaba para esquivar la impresión de que el Gobierno central les ha comido la tostada. El Gobierno central no es la octava maravilla, pero en este caso, el del soterramiento de las vías, ha estado a la alturas de las circunstancias, ha sabido leer no solo el latido ciudadano sino, también con él, el interés general de la Región, y la hemeroteca demuestra que el Gobierno regional ha estado hasta ayer mismo, en la práctica, contra los intereses de la ciudadanía murciana en este asunto. Para confraternizarse con ella llegan tarde.