Desde +mujeres hemos llamado la atención en numerosas ocasiones sobre la necesidad de implantar en la sociedad medidas que garanticen la igualdad de las mujeres en la cultura. Hemos traído aquí la ley de Igualdad de 2007, que exige la paridad en todos los actos culturales, y hemos criticado el déficit de su cumplimiento en la cultura de la región, comprobación que hemos realizado mediante el seguimiento temporal de distintas programaciones culturales a través de nuestros contadores.

También lanzamos la campaña NO sin Mujeres, que se hacía eco de otra campaña nacional donde los hombres se comprometían a no participar en actos no paritarios. La firmaron más de 120 gestores y agentes culturales de la región. En noviembre de 2020 el ministro de Ciencia, Pedro Duque, se negó a clausurar unas jornadas de la UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo) porque no eran paritarias. Gestos como estos son un ejemplo de compromiso con la igualdad que los hombres con responsabilidad pública y/o visibilidad social deberían seguir.

A pesar de esta lucha agotadora, y a pesar de algunas modestas conquistas, la ley sigue sin aplicarse, y nos encontramos con debates radiofónicos, programas literarios, jurados y programaciones donde el porcentaje de mujeres no llega al 23%, frente a un mínimo de 40% exigido por la ley, mientra que el de hombres alcanza el 77% (si ponemos ambas cifras no es por reiterar, sino por observar mejor su disparidad).

Es por esto que desde aquí queremos hacer llegar a la sociedad que todas las componentes de nuestro colectivo nos negaremos a participar en cualquier acto cultural que no sea paritario, tanto en sí mismo, si es aislado, como cuando no se respete la paridad en la totalidad del programa del que forma parte.

Numerosas investigaciones, llevadas a cabo por universidades y asociaciones que combaten la invisibilidad de las mujeres, han demostrado que la ausencia de mujeres en los libros de texto, en el canon, y en el mundo de la cultura actual, no tiene que ver con que hayan estado ausentes en la historia, ni con el argumento al que siempre se recurre para justificar ladinamente su olvido: no tomamos en cuenta la proporción de sexos, sino el talento, se afirma, apelando a una neutralidad del gestor que resulta a todas luces imposible de aceptar, dado que lo que muestra es un desconocimiento de la historia y una posición intelectual anclada en el siglo XIX. Porque ignorar la contribución de las mujeres es ser cómplice del poder patriarcal, de la dominación masculina, y contribuir a perpetuarla. El patriarcado negó el acceso a la cultura a las mujeres para dominarlas, las expulsó de las universidades, negó sus capacidades intelectuales y borró sus contribuciones cuando las hubo. Solo un arduo y revolucionario trabajo de siglos ha permitido a las mujeres acceder a las universidades, donde ahora se titulan un 60%, y obtienen mejores calificaciones que los hombres.

Porque las mujeres tienen talento, y lo han demostrado en la ciencia, la literatura, las artes. Hemos dedicado decenas de artículos en este mismo espacio a mostrar esa genealogía borrada, a traer a la memoria el trabajo de mujeres que han sido fundamentales en disciplinas tan dispares como la informática o la investigación sobre vacunas, la pintura o la paleontología, la literatura o la química, entre otras muchas.

Pero parece que no es suficiente. No es suficiente que se reivindique una vez y otra vez más la memoria de estas pioneras, ya que las mujeres volvemos a ser las olvidadas. La sensibilidad de nuestros programadores no atiende nuestro testimonio porque, como los estudios feministas han denunciado hasta la saciedad, sobre nosotras pesa la maldición de Casandra: nuestras palabras y nuestras opiniones no son escuchadas, o si se las escucha, se les niega credibilidad.

Alegar que hoy día no hay mujeres con talento en todas y cada una de las disciplinas artísticas y científicas es ignorar la historia de la cultura que los estudios de género están desenterrando desde hace más de medio siglo, investigaciones que otorgan a las mujeres un lugar protagonista en los logros de nuestras sociedades.

Por eso, desde +Mujeres queremos hacer explícita nuestra negativa a participar en actos que no sean paritarios, una negativa que ya veníamos ejerciendo sin hacerla pública, y que volvemos a hacer extensiva a todos los que luchan por la igualdad.

Así pues, invitamos a todos los agentes culturales, mujeres y hombres, a negarse a participar en actos que no sean paritarios, y lo hacemos porque se trata de una primera forma de concienciación pues, a menudo, el patriarcado inconsciente que afecta a quienes organizan esos actos (sean hombres o mujeres), les hace olvidar que existen mujeres, incurriendo en programaciones no paritarias que nuestra advertencia les insta a corregir. Invitamos a tomar conciencia de la riqueza que las mujeres aportan a la cultura, a contar con su punto de vista, y a contemplar la mirada original que esta otra mitad de la humanidad proyecta sobre toda ella.