L a hostelería es, sin duda, el sector más castigado por la pandemia, muy significativamente el que más afiliados ha perdido en el último año. Porque no se trata de grandes empresarios que dispongan de recursos para sobrevivir en las peores circunstancias, sino pequeños y modestos emprendedores, pymes, autónomos, que pretender desarrollar su actividad en un sector económico que, además, contribuye de manera sustancial a la generación de riqueza y empleo, y también a configurar el modo de vida de nuestra sociedad.

Era, por tanto, imprescindible y urgente que el Gobierno central se pusiera manos a la obra de una vez y aprobara un plan de ayudas y compensaciones directas dirigidas a paliar de manera preferente las pérdidas de pymes, micropymes y autónomos, mediante un sistema sencillo y rápido, sin confusiones ni burocracia. Porque está en juego más de un millón de puestos de trabajo.

Ante el tan famoso como insuficiente ´plan' de la ministra Maroto, que apenas llega al 3% de los autónomos y pymes que están atravesando una situación crítica, el PP había presentado en el Congreso un plan de rescate a la hostelería que contempla 24 medidas concretas, entre las que destaca la rebaja del IVA al tipo superreducido, la adaptación a los negocios a la situación de la pandemia, o la exoneración de la obligación de cotizar a los autónomos que hayan suspendido su actividad.

Pero ni haciéndoles todo el trabajo aceptaron nuestras propuestas: el plan de rescate se topó con el incomprensible rechazo del PSOE de Pedro Sánchez y de Podemos. Todo un mazazo para un sector de la hostelería que esperaba un plan nacional, al igual que han llevado a cabo los grandes países es de la Unión Europea. El Gobierno de Sánchez vuelve a ponerse de perfil y da la espalda a los hosteleros en el momento en el que más necesitan de respaldo y apoyo, y pone así en juego en la Región casi 40.000 de puestos de trabajo, más los generados de forma indirecta.

Es lamentable que se nieguen ayudas directas a un sector que se ha visto obligado a cerrar o restringir su actividad a causa de la pandemia, y resulta intolerable que se abandone a su suerte a los hosteleros, cuya única salida que se les da es seguir endeudándose, e intentando, una vez más, trasladar la competencia a los parlamentos y Gobiernos autonómicos, como si este problema, que tan negativamente incide en la economía en general, tampoco fuera con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Nos parece inconcebible que el Ejecutivo central siga excusándose y escondiéndose detrás de sus decretos-leyes, ya que en ninguno de ellos hay ayudas directas, ni claridad ni apoyos decididos, sino solo créditos o aplazamientos que no arreglan nada.

Y no lo decimos nosotros: el mismo sector de la hostelería califica el plan de la ministra Maroto de ´no-plan', porque en realidad nada hay y solo vende humo. Muy significativamente, según el Fondo Monetario Internacional, España es el país que menos ayudas ha prestado entre los países de nuestro entorno al sector empresarial, muy especialmente a pymes y autónomos.

Además de ofrecer ayudas directas a la hostelería, proponemos que se les reduzca el IVA aplicado al sector y al resto de empresas prestadoras de servicios turísticos al tipo superreducido del 4%, al menos durante el año 2021. También que se les prorrogue los ERTE de manera automática hasta que cese esta situación, además de financiar un plan Renove de ayudas de mejora y modernización de instalaciones y equipamientos y adaptación a las nuevas normativas sanitarias para los establecimientos hoteleros.

Asimismo, consideramos imprescindible tomar una decisión coordinada en todo el territorio español sobre impuestos y tasas como el IBI, las tasas de basura, o el Impuesto sobre Actividades Económicas, ya que se están devengando estos tributos y tasas con el establecimiento obligado a cerrar o restringir la actividad.

La realidad es que el Gobierno de Fernando López Miras es el único que ha ejecutado un plan de ayudas directas a la hostelería con una movilización de 37 millones de euros, y además ha anunciado recientemente un paquete de nuevas medidas de rescate al sector.

Pero los hosteleros esperaban una respuesta de país del Gobierno de Sánchez, pero sus esperanzas se han visto truncadas por un Ejecutivo más pendiente de las elecciones catalanas que de gestionar España y afrontar la crisis derivada de la pandemia.