Dimite hoy el ministro de Sanidad, Illa, para presentar su candidatura a la presidencia de Cataluña, y es probable que se postule como gran gestor en el preciso momento en que el sistema sanitario del país está colapsado, a un año del surgimiento de la pandemia. Encima, las encuestas lo señalan como ganador. Todo lo que aprendimos en el Bachillerato sobre Lógica no encaja cuando la apellidamos Lógica Política.

Pero vamos a la Región de Murcia, que es lo nuestro. Idem, eadem, idem. El consejero de Salud, Villegas, ha sido destituido por el ´caso vacunas', pero entre todos lo vamos a hacer un santo, y se nos olvida que el suceso se ha producido cuando el sistema sanitario regional está a punto de saltar por los aires. Una cosa es que, hasta hace unos días nos ofreciera confianza, y otra que una vez que la ha defraudado lo convirtamos en víctima. El propio presidente, que es quien lo ha obligado a dimitir por la presión de Ciudadanos, no sabe si meter criada o ponerse a servir, pues por un lado lo pone como ejemplo de buena gestión y, por otro, su partido utiliza el caso del cese para presumir de ejemplaridad. Por si fuera poco, resulta que quienes pidieron la dimisión de Villegas son unos buitres, pero quien ha suministrado la carnaza, al destituirlo, es López Miras.

¿En qué quedamos? ¿Era tan buen gestor a pesar de que cuando se ha marchado estábamos batiendo todos los récords en incidencia de la pandemia o es que acaso cuando la curva baja es mérito de López Miras, como al principio, y cuando sube es a causa de que el Gobierno socialcomunista nos odia?

Dos gestores, Illa y Villegas, reciben aplausos por doquier en el momento del más trágico ascenso de la pandemia, en España pero sobre todo en la Región de Murcia y, en consecuencia, en lo que respecta a ésta, las encuestas avalan, como al otro, a López Miras. A la vista de que una nefasta gestión se premia con matrícula de honor ¿qué nota obtendrían estos políticos si percibiéramos en la práctica que lo están haciendo moderadamente bien?

Toda lógica se nos escapa, incluso en el caso de Ciudadanos. Han tenido el mérito de recuperar su adeene original al mostrarse inflexibles en la exigencia de responsabilidades políticas, pero ahora dicen que el equipo de Villegas, cuyos integrantes se han vacunado de manera indebida, como él, debe permanecer coyunturalmente hasta que la situación sanitaria sea manejable. ¿No habría valido esto para el propio consejero? Si se produjo un aprovechamiento personal en la administración de las vacunas ¿qué confianza cabe esperar ya de este equipo? Tal vez sea explicable esta actitud de Ciudadanos en el hecho de que la consejera Martínez Vidal se colara, a pesar de no estar por sus competencias en el frente sanitario, en la comisión de seguimiento del covid, lo que la responsabiliza de la gestión, de modo que está obligada a asegurar que ésta es buena, a pesar de las evidencias. Lo paradójico es que a la vez que Ciudadanos apuesta por la continuidad en el cargo de los vacunados del staff político de Villegas, están solicitando la lista de los ´vacunados ocultos' para pedir responsabilidades. ¿Cómo es que entonces no piden responsabilidades a quienes ya está confirmado que se vacunaron?

También tiene gracia que el portavoz municipal de Ciudadanos en el ayuntamiento de Murcia, Mario Gómez, ponga el grito en el cielo por el hecho de que el concejal del PP Felipe Coello, se haya ´saltado la lista' del SMS para vacunarse cuando él mismo se la saltó para obtener una plaza ofertada por ese organismo en el hospital de Yecla, por encima del primer aspirante en la lista de espera, y sin dar explicaciones (ahora que recurre al concepto de transparencia) sobre la segunda titulación que pudiera haberle otorgado los méritos según las bases del concurso.

Lo cual no resta estupefacción al hecho de que el alcalde Ballesta no haya destituido aún a Coello, quien además ha mentido públicamente.

Qué mala gestión tan buena.