Cuando el despotismo era despotismo a secas, nada se podía objetar al despotismo. El déspota no dejaba, era imposible. Pasaron los tiempos, y el despotismo se arropó de Ilustración. La felicidad del pueblo era un objetivo loable; loable, pero secundario. Lo principal de la expresión Despotismo Ilustrado era el sustantivo, no el adjetivo subsiguiente, que apenas adornaba. Pero, bueno, en fin, sirvió para que algo de la riqueza nacional se fuera en obras públicas y poco más. La parte del león siguió siendo para las guerras y el boato del déspota.

Hoy, tenemos el Despotismo Ideológico. Tener una ideología avala el despotismo. El déspota actúa en nombre de su ideología, que le asegura que él, el déspota, representa al pueblo, desde que alcanzara el poder, democráticamente o no, hasta siempre. Y no deja que se le llame tirano, dictador.

Hay casos en la reciente Historia de España. Aznar era un dictador ideológico en potencia. Concedió mercedes y mercedes a las autonomías nacionalistas, dejando que se fueran vaciando de españoles autóctonos aquellos territorios para que creciera el voto soberanista y, a cambio, obtener mayorías en las Cortes Españolas. Todo, para que yo, el déspota ideológico de la derecha, siga en el poder.

Pero, con todo, el mayor déspota ideológico de la Historia, lo tenemos hoy en España. Además de arrogarse decidir el nombramiento de instituciones del Estado, que debían de ser neutras, anula y expulsa en el Consejo de Transparencia a las voces díscolas con su comportamiento en el uso privado de fondos. Nerón no lo hubiera hecho mejor. Fiscalía General del Estado, Abogacía del Estado, Correos, Consejo Nacional del Mercado de Valores, RTVE, y ahora Consejo de Transparencia. Y anda a la caza del Consejo General del Poder Judicial, para desde ahí, controlar el Tribunal Supremo y el Constitucional.

Con todas esas instituciones copadas, para nada vale la democracia. ¿Para qué votar? Porque, además, tiene mayoría en el Consejo de Administración de la empresa que computa electrónicamente el voto popular.